Hace casi un año que no paso por aquí, el último post con el fallecimiento de Sergio quedó clavado a fuego en el blog y he sido incapaz de escribir ni una letra. En varias ocasiones puse los dedos en el teclado con la firme convicción de intentarlo pero... imposible. Hoy cuando un sueño se convierte en realidad lo vuelvo a probar, por ello merece la pena esforzarse de nuevo.
En enero viajé una vez más a Senegal, ese pequeño país africano que me robó el corazón en 2018. Muchos son los artículos en este blog sobre lo que allí he ido haciendo en mis ya 6 viajes desde entonces. El proyecto ENHEBRA Badalona-Senegal con las mujeres de Ibel y la isla de Eghid, medicamentos y material sanitario en el hospital de Kedougou y los postes de santé de Louly Benteigné e Ibel y pequeñas ayuditas en forma de material escolar a las escuelas de Ibel y Eghid.
Fue en mi anterior viaje cuando con Mbaye nos acercamos por primera vez a la escuela de su pueblo natal Louly Sindiane. Llegamos a esta escuela rural la "semana blanca" (ya me diréis vosotros a donde van a esquiar los niños y niñas senegaleses... ¿reminiscencias del colonialismo francés?) sin ninguno de sus 250 niños y niñas de 6 a 12 años, pero Malick Mbengue, su director, nos esperaba pacientemente. Eran vacaciones pero él estaba allí, con algunos profesores preparando la rentrée y viendo como seguir adelante a pesar de los pocos medios existentes. Aquel día llevaba yo bolígrafos, camisetas de deporte cedidas por ANEFP y 100 cepillos y pastas de dientes que me habían dado en mi centro dental.
En el despacho de Malick con camisetas, bolis, cepillos y pastas de dientes
Las fotocopias origen de la petición
Malick me dio las gracias y nos invitó a recorrer las pocas y atrotinadas instalaciones del centro que dirige. Así caminamos por un gran espacio exterior de tierra seco y polvoriento, en el que se distingue solo un pozo de agua en dudoso estado de conservación y algunos animales (caballo, vaca, oveja) que acceden por los muros inacabados del patio de juegos. Visitamos las aulas con sus viejos pupitres y sus grandes pizarras, elemento didáctico por excelencia en los colegios africanos (junto a las pizarritas "ardoises" que tienen los niños y niñas) y charlamos del abismo que se estaba generando entre el alumnado africano consecuencia del no acceso al mundo digital. Y así íbamos cuando Malick, muy muy serio me dijo: Mónica, nos conocemos hace apenas una hora si no creyera que tú comprendes nuestra realidad, no te lo pediría, lo que más necesitamos para mejorar un poco la formación de estos niños y niñas es una impresora multifunción. Recuerdo que le dije: una impresora????????????? Y él me explicó la carencia de libros de texto, los 15km hasta la ciudad de Mbour para hacer, al menos, de 6 a 7 fotocopias por curso y alumno de ejercicios y exámenes. Acabamos nuestro encuentro y él insistió, Mónica, no te olvides de la impresora, si ves alguna posibilidad dímelo, haré todo lo que haga falta para conseguirla. Y así nos despedimos, con un gran apretón de manos mirándonos a los ojos.Los niños y niñas con las camisetas, las pastas y los cepillos de dientes
Volví a Barcelona, retomé mi vida profesional en el laboratorio y una semana después llegaron a mi teléfono las fotos de los niños y niñas que no había podido ver con camisetas, bolígrafos, cepillos y pastas de dientes y.... tras todas ellas una impresora y una factura!!!! Malick lo tenía claro, su El Dorado era la impresora, no era nada para él, era para la escuela, para los niños, para dar un gran salto cualitativo a su pasión, la enseñanza. Agradecí las fotos y la impresora empezó a dar vueltas en mi cabeza, yo no tenía ese dinero... Y entonces pensé, y si monto una colecta? Y si mis amigos, amigas, conocidos, conocidas o cualquier otra persona que se sienta implicada en mejorar la enseñanza en una pequeña escuela senegalesa quiere participar??? Pues así, pim pam organicé el "fundraising" para conseguir 1.000 euros con los que comprar la impresora, papel y tóner. Acabé la propuesta, crucé los dedos y pulsé el botón publicar.Era viernes... 10 eur, 100 eur, 120 eur... y así en apenas tres días llegó a 1.400 eur. No me lo podía creer!!!! Malick estaba loco de contento, me decía: Mónica, eres nuestro ángel, no me lo puedo creer, el pequeño colegio de Louly Sindiane tendrá una impresora!!!!!!!!!!!!!!!!!
Volé a Dakar el sábado 27 de enero y el lunes 29 pagábamos y recogíamos con Malick la flamante impresora con el tóner y el papel, y conseguimos también 100 bolígrafos de regalo (aquí todo se negocia, una buena compra merecía un pequeño regalo). Sobraba un poco de dinero y fue entonces cuando pensé que en tiempos difíciles con condiciones de vida muy duras debíamos hacer algo por las familias. Así, sin pensarlo más, con Mbaye y Cheihk compramos 500 kgs de arroz y 250 pastillas de jabón que enviamos al colegio, nunca me había sentido tan feliz comprando algo tan simple!!!
Por la noche Malick me llamó y me dijo que el martes a las 9h nos esperaba para hacer entrega de todo lo conseguido, estaba eufórico, contento, feliz. Allí llegamos, nos recibieron canciones y bailes de los niños, francos apretones de manos de profesores y padres sin olvidar todas y cada una de las palabras de agradecimiento infinito del jefe del pueblo, el inspector de educación y los otros muchos representantes locales que acudieron.
De pronto me sentí en las nubes, allí, con todo un pueblo dándome las gracias solo por haber escuchado, por haber intentado que el sueño de un director apasionado con su trabajo se hiciera realidad, por haber creído que a mi alrededor hay gente grande, gente con un grandioso corazón, gente que me acompaña en ésta, mi gran locura de vida.
Dirección, profesores, padres de alumnos, jefe del pueblo, inspector de educación
y demás autoridades locales en el moment de hacer entrega de todo el material.
Posado difícil de los 250 niños y niñas felices con todo el material entregado
Deciros que Louly Sindiane os da las gracias desde todos y cada uno de los corazones de las personas que allí viven, ahora, casi una semana después aún hablan de la impresora, el arroz y el jabón, una bocanada de aire fresco en un patio polvoriento un día de marzo.
"Los sueños no están para ser cumplidos, están para ser vividos"
NOTA: os dejo enlace a la web de la Asociación de Médicos Gallegos (ASOMEGA) que se ha hecho eco de esta acción fomo entidad colaboradora