Revista Maternidad

Vivir unos días en el mar… ¡En un faro!

Por Qhacerconninos @QHacerConNinos
Vivir unos días en el mar… ¡En un faro!

Guías nocturnos de marineros y pescadores, torres de luz sobre el nivel del mar, los faros -en los que ya son contados con los dedos de una mano el número de fareros o torreros que trabajan en ellos- se rediseñaron como alojamientos hoteleros no hace muchos años. En nuestro país son pocos, pero su fórmula funciona con éxito desde hace décadas en los países nórdicos; una manera de dormir sobre el mar, y no en un barco, de pasar unos días con los tuyos disfrutando de vistas panorámicas exclusivas.

No tienen muchas habitaciones y quizás en este verano atípico no sea fácil reservar. Pero si podéis hacer una escapada familiar en septiembre y también con vistas a las vacaciones de la próxima Semana Santa, echad un vistazo a los que os recomendamos. Si estáis en Canarias, Galicia o la Costa Brava, mejor que mejor. Los podréis ver in situ.

Hotel Faro Punta Cumplida. Barlovento (La Palma)

Vivir unos días en el mar… ¡En un faro!

Las Islas Afortunadas han tenido menos mala suerte en la pandemia con la que todavía convivimos. Canarias es un destino paradisíaco, relajante. En La Palma, en la localidad de Barlovento y a 36 metros sobre el nivel del mar, se eleva un viejo faro -inaugurado en 1867-. Junto a él, en el mismo promontorio, el antiguo hogar de los fareros es hoy un alojamiento turístico con tres suites con terrazas individuales con vistas al mar y piscina. El Faro de Barlovento cuenta también con bonitas zonas ajardinadas (5.000 metros cuadrados es la extensión de estas).

Hotel Faro de Isla Plancha. Ribadeo (Lugo)

Vivir unos días en el mar… ¡En un faro!

En un bello enclave, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO, a solo 2 kilómetros del municipio lucense de Ribadeo, se encuentra este faro-hotel que apagó su luz guía en 1983 tras más de 125 años de actividad. Fue en 2013 cuando se transformó en alojamiento turístico. Cuenta con dos modernos apartamentos -pero que no hacen olvidar su origen- con capacidad para cuatro personas cada uno y con una gran terraza desde la que admirar los acantilados. Ya 'en tierra' os podréis acercar a la bella Playa de las Catedrales.

El establecimiento hotelero cuenta con el privilegio de disfrutar de unos paisajes y rompeolas de gran encanto, del avistamiento de aves durante los viajes de éstas de norte a sur (después del verano) y de una gran terraza panorámica. Tiene una zona ajardinada individual. Hay servicio de lavandería y no se admiten mascotas.

La zona cuenta con un plus: la Playa de las Catedrales (a menos de 5 kilómetros siguiendo la costa), que está considerada como Lugar de Importancia Comunitaria y Monumento Natural.

O Semáforo de Fisterra. Santa Marías de Bares (A Coruña)

Vivir unos días en el mar… ¡En un faro!

En lo que hace siglos se creyó el fin de la tierra, en la Costa da Morte y en el punto final del Camino de Santiago, el Faro O Semáforo, construido en 1853, fue fundamental para orientar a los barcos en una zona que se consideraba peligrosa. Lo que hoy es hotel con vistas al inmenso Atlántico es el edificio anexo (de 1888), que cuenta con seis coquetas habitaciones con terraza (una de ellas abuhardillada).

Se encuentra en Santa María de Bares, cerca de la ría de Viveiro. Desde allí parten rutas de senderismo y hay fantásticos emplazamientos para pasar un día de pícnic. El edificio, de piedra y madera y a más de 200 metros sobre el nivel del mar, ya fue inaugurado como hotel de naturaleza en 2002.

Nos han trasladado la experiencia de unas mini vacaciones con peques en uno de estos alojamientos. Todo salió a pedir de boca, soñando con el mar a sus pies. Y si no puede ser ahora, id programando en la agenda.

Hotel El Far de Llafranc. Llafranc (Girona)

Vivir unos días en el mar… ¡En un faro!

En un acantilado, a 175 metros sobre el nivel del mar, nos encontramos con este hotel con encanto (con un reconocido restaurante tradicional famoso por sus pescados y mariscos de la lonja de Palamós y por sus arroces), construido en el complejo del Faro de Sant Sebastià. Fue torre de vigilancia en el siglo XV y hostería en el siglo XVIII.

Hoy es un lugar mágico de vacaciones en la Costa Brava. Las playas más cercanas son las de Llafranc y l de Tamariu, pero, junto al mar, hay bellísimos pinares por los que pasear. Muy cerca están también el pueblo medieval de Peratellada, Pals y Calella de Palafrugell.

El hotel dispone de nueve habitaciones de decoración marinera, pero exclusiva y con admirables vistas al mar y al litoral (la mirada llega hasta los Pirineos). Tiene, además, un bonito patio de piedra y una gran terraza mirador.


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