Revista Música
Otra vez una banda extranjera que cae embrujada bajo los hechizos de un oleee, oleee, oleeee...? En este caso fue Pixies, pero antes fueron Los Ramones, Rolling Stones, Pearl Jam, Radiohead, y así podemos seguir por largo tiempo. Un show que termina luego de dos encores tiene estatura de épico, y ni más ni menos esperaban los fanáticos de esta legendaria banda. Nico Bouvet, un amigo de la casa, es uno de ellos y compartió esa noche de camisas leñadoras transpiradas y emocionadas.
Por Nico Bouvet
Creo que el recital de Pixies en el Luna Park alguna vez será recordado como épico, o mítico. No sólo por haber sido el primero en nuestro país de esta banda fundacional de la ola alternativa de los 90's, sino por la energía y emoción desplegada en un show que arañó las dos horas.
Con la voz inalterable y casi felina de Franck Black (Charles Thompson), la guitarra endiablada de Joey Santiago, la batería de David Lovering y el bajo gordo y preciso de Kim Deal, Pixies abrió con "Bone Machine", y dio comienzo a un recorrido por todos los trabajos de la banda de Boston. Surfer Rosa y Doolittle, para muchos, los dos mejores discos de Pixies, fueron tocados casi íntegramente, mezclándose con perlas de sus otros tres discos (el EP Come on Pilgrim y los injustamente criticados Bossanova y Trompe le Monde). Así, no sólo disfrutamos de "No. 13 Baby", "Debaser", "Broken Face", "Hey" y "Gouge Away", sino que también pudimos saltar con "U-Mass", "Dig for Fire", "Caribou" y "Velouria". El final tuvo dos encores: el primero con los clásicos inoxidables "Where is my Mind?" y "Gigantic", y el cierre definitivo con el sorpresivo "Planet of Sound".
La banda, quizás sorprendida por el buen recibimento en este país del sur lejano, saludó con mano abierta a un público extasiado y feliz, que se fue con la ilusión de tenerlos de vuelta por aquí... y pronto.
Setlist