Revista Atletismo

Vlasic consigue su primer oro en unos europeos y Beitia acaba sexta

Por Toni_delgado @ToniDelgadoG
Vlasic consigue su primer oro en unos europeos y Beitia acaba sextaVlasic, sonriente, muestra la bandera de Croacia -EFE.

A algunos estudiantes se les cruza una asignatura y son incapaces de superarla, por mucho que se esfuercen y hagan lo posible por aprobar. A algunos les pasa con el carné de conducir, especialmente con el examen práctico. Cada decepción supone un golpe duro que superar Para Ruth Beitia esa asignatura pendiente son los campeonatos al aire libre. “Voy a dejar de venir”, se sinceró la saltadora cántabra, plata en marzo en los Mundiales de pista cubierta de Doha con un salto de 1.98 metros. En un centímetro menos se quedó en los Europeos de Barcelona en una final en la que había saltado a la primera sus tres retos anteriores. “Estoy decepcionada. Lamento haberle fallado a toda esta gente. No sé qué puesto he hecho”, dijo, conmocionada, Beitia, que quiso pasar de 1.97 y ahí se quedó. Fue sexta y pronosticó que el concurso de salto de altura sería para la alemana Ariane Friedrich, que finalmente fue tercera, superada por la sorprendente Emma Green y por la insatisfecha Blanka Vlasic.

Seria y poco sonriente, Vlasic no estaba contenta consigo misma. La croata se había propuesto conseguir su primera medalla en unos Europeos, el oro que le faltaba en una carrera con dos primeros puestos en Mundiales y una plata en los Juegos Olímpicos de Pekín y se había imaginado haciéndolo resolviendo “esos problemas técnicos de las últimas citas y siendo explosiva” para estar a su mejor nivel, al 100%. No lo estuvo, a pesar de ser la única en saltar los 2.01, donde se quedaron sus rivales más directas, y los 2.03. No se gustó cuando se vio en la televisión saltando esa última distancia y maldijo a los cielos saltando a la segunda dos alturas asequibles, los 1.95 y los 1.97. Su aspiración es superar algún día el récord del mundo, 2.09, que ostenta Stefka Kostadinova.

Exuberante e impulsiva, Vlasic no fue Vlasic en Barcelona. No se marcó esos bailes con los que festeja sus saltos, sino que más bien gritó de rabia tras cada acierto y fallo, exigida especialmente por Friedrich, que parece haber salido de un grupo de rock por su peinado tan característico, con remolinos y pelos de punta sin criterio. La alemana no falló hasta llegar hasta los 2.01 y finalmente fue bronce por la explosión de la sueca Green, que mejoró su marca personal el día idóneo. Todo lo contrario que Beitia, decepcionada por su “maldición” al aire libre. Todos sus logros, todos, han sido en pista cubierta.


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