Es cierto que nuestra Sanidad está saturada, y que, debido al maltrato institucional que reciben, nuestros médicos se están marchando...
Uno de los motivos de los que tanto y tanto nos quejamos, es de la excesiva presión asistencial que hemos de soportar cada día: el número de pacientes al que hemos de atender es excesivo, en proporción inversa al tiempo que podemos dedicar, a cada uno de ellos...
Por eso no se entiende que la administración no intente echar una mano, a la hora de reducir este problema, con medidas que, a priori, resultarían fáciles de implementar...
En estos días el envase de Enalapril 20mg/ Hidroclorotiazida 12,5mg no se encuentra en las farmacias: ¿no se fabrica?, ¿ha roto stocks?, ¿está dando faltas?... Vaya Ud. a saber, porque nunca se nos da una información clara de cuanto ocurre en estos casos...
Pero lo cierto es que cuantos pacientes toman este medicamento (muchos, por cierto), no pueden conseguir esa caja con sus 30 comprimidos, porque las farmacias ya no los tienen... Por contra: existe la caja de 28 comprimidos, esto es: un envase que conteniendo exactamente el mismo producto, a las mismas concentraciones, tan sólo se diferenciaría de la que él necesita en el hecho de tener 28 comprimidos, en lugar de 30...
Y me pregunto: ¿Porqué no se implementan las cosas para que ese paciente pueda llevarse la caja de 28 comprimidos, directamente, en lugar de obligarle a pasar previamente por la consulta del médico, a buscar otra receta?... Si de mi cupo han acudido a verme, por este motivo, no menos de una docena de pacientes, calculen que, a ojo de buen cubero y escala nacional, estaríamos ahorrando unas 350.000 consultas...
Algo parecido vino sucediendo en los 3 últimos años con no pocos medicamentos (Ranitidina, Famotidina, Valsartán...), por lo que no exageraremos afirmando que, tan sólo con esta medida, ahorraríamos millones de minutos de consulta...
Esta es una de las tantas medidas que se podrían adoptar, para hacer más resolutiva y eficaz la consulta de Atención Primaria... Somos, tal y como repetía el gran Forges, aunque, lo que aún es más triste: siempre seremos un país de mediocres...