Willy Meyer, Nazanin Armanian, Pepe Viyuela, Towanda Rebels, Diego Cañamero, Lucía Etxebarria y José Sacristán
La denuncia contra Willy Toledo por un supuesto delito de ofensas a los sentimientos religiosos y su posterior detención han sido contestadas por activistas contra la represión y por personalidades en defensa del actor y, por extensión, del derecho a la libertad de expresión. “La persecución que está sufriendo Willy Toledo -declara Willy Meyer, exdiputado de IU en el Congreso y en la UE- es un paso atrás en la historia inadmisible. Los derechos son sagrados, por lo que aceptar una denuncia por un supuesto delito contra los sentimientos religiosos supone una burla a la libertad de expresión. La separación entre el Estado y la Iglesia todavía es una asignatura pendiente en España, por lo que abogo por recuperar el espíritu de la Constitución, que garantiza esa división en el artículo 16”. Igualmente, Nazanin Armanian, politóloga iraní exiliada en España, declara en Público: “Vengo de un país donde, después de una lucha brutal de dos siglos, conseguimos separar la religión del Estado y, de repente, hemos sufrido una regresión a un régimen teocrático. Me solidarizo con Willy Toledo, porque la experiencia en Irán demuestra que las conquistas sociales son reversibles si no se sigue luchando por defenderlas. Hay que respetar a las personas, pero debemos criticar abiertamente tanto a las instituciones eclesiásticas como a los libros sagrados”. Según Pepe Viyuela, humorista y miembro de Podemos, es un despropósito que la Justicia haya aceptado la denuncia contra Willy Toledo. “Una auténtica locura aunque, si lo analizas fríamente, aquí resulta de lo más normal. Basta pensar en la abundante presencia de una Iglesia católica represiva en las instituciones españolas. Por ello, la actitud de Willy se inscribe en una lucha que va más allá de un comentario en Facebook, porque él sabe perfectamente lo que está haciendo. Su sacrificio no va a ser en vano, porque nos hace pensar en qué país vivimos. Aprovecho, pues, para hace un llamamiento a la apostasía en masa”.
Igualmente, Towanda Rebels, autoras de Hola Guerrera y Hola Putero, manifiestan: “Lo que ha hecho Willy Toledo es un acto performativo en toda regla, porque ha puesto negro sobre blanco [la persecución que sufren quienes atentan contra la Iglesia católica]. En realidad, la atención no debería recaer sobre él, sino sobre el juez que admitió a trámite la demanda, que se apoya en una ley franquista”. Para Diego Cañamero, sindicalista agrario y diputado, la situación que sufre Willy Toledo y otros compañeros, algunos encarcelados, resulta injusta. “Una prueba de que estamos retrocediendo en materia de derechos. ¿Es posible que una democracia meta en la cárcel a la gente por estos motivos? Obviamente no, por lo que la ciudadanía debería rebelarse contra esas medidas, porque la represión no va dirigida sólo contra Willy o contra los sindicalistas. Yo me considero cristiano, pero la persona que no cree tampoco insulta. Todo esto es una barbaridad: ¿quién no se ha cagado en Dios alguna vez en su vida?” Y Lucía Etxebarria, escritora, guionista y directora teatral: “El ordenamiento jurídico español es una excepción en Europa. Aunque la periodista Éloïse Bouton, exactivista de Femen, fue condenada en Francia por exhibición sexual porque mostró sus pechos dentro de la iglesia de la Madeleine, si bien recurrió la sentencia en un tribunal superior. Aquí, la ley sólo protege a la Iglesia católica, mientras que las chicas que recibimos amenazas a diario no contamos con protección. Yo, cada vez que me corto cuando cocino, me cago en dios. Llevar ante un juez a Willy Toledo por hacer lo mismo es absurdo, pero estoy convencida de lo que ha hecho él es una obra de arte”.También la actriz, Marisa Paredes, distinguida en la 32 edición de los premios Goya con el galardón honorífico, se solidariza con Willy Toledo. “Es horrible que una persona tenga que pasar una noche en el calabozo por decir lo que piensa. Puede que haya ofendido a los católicos, pero es lamentable que lo detengan por ello”. Paredes añade que no es razonable y que “los que mantienen la censura, han perdido la cabeza”. Y el actor José Sacristán asegura estar “totalmente de acuerdo en que es una improcedencia y una barbaridad judicializar esto. Pero jamás hubiera dicho lo que pronunció Willy, ni en esas circunstancias. Yo blasfemo y me cago en dios una media de doce veces por segundo, pero entiendo que hay gente de izquierdas, gente de derechas, gente del pueblo, gente humilde y gente trabajadora a quienes esas cosas les duelen. Otra cosa es que, a partir del pronunciamiento de Willy, un juez haya determinado que eso tiene que ser investigado. Es de terror. Sin embargo, hay una cuestión de fondo con la que estoy completamente de acuerdo: discrepo con las formas en las que se pronuncia Willy Toledo”.