La historia de Lanzarote va ligada a sus volcanes como una lapa. Y más si cabe hace casi 300 años, cuando la tierra se abrió en Timanfaya, hoy Parque Nacional, y las llamas y los torrentes de lava brotaron durante más de diez días. Como el mismísimo infierno, si es que existe. Una montaña, entre las nueve y las diez de la noche, emergió desde el mismo seno del firme y su aparición solo fue el preludio de otras cuantas más. Aquella ‘catástrofe’ que narran las crónicas de la época cambió de tal modo la morfología de una isla que se asocia desde entonces a sus colosales chimeneas naturales. No obstante, las emisiones de lava comenzaron el Lanzarote hace 11 millones de años.
Las erupciones que escupieron más de mil millones de metros cúbicos de lava dieron origen, hasta su fin en el año 1736, a un paisaje volcánico único, propio de otro planeta, conformado hoy por lava solidificada, ceniza y una escasa flora, aunque heterogénea. En la actualidad, aquella intensa actividad volcánica permanece en forma de ocasionales fumarolas y géiseres. En el Parque Natural de Timanfaya, uno de los lugares para conocer en Lanzarote, se contabilizan un total de 25 volcanes, como la Montaña del Fuego.
Cráteres y espectaculares volcanes se congregan en Timanfaya.
Al viajero, desde el centro de visitantes La Mancha Blanca, en pleno corazón de Timinfaya, se le presenta un amplio abanico de rutas para realizar. Rutas que permiten admirar inmensos ríos de lava petrificados, cráteres, simas y abismos. Una de ellas es la de Tremesana, que dura unas tres horas. Este itinerario va de Caldera Roja hasta la Montaña Quemada, y pasa por la Montaña Encantada y Pedro Perico. Otra de ellas parte desde el islote de Hilario, que recorre los principales restos volcánicos aparecidos a partir de los siglos XVIII y XIX.
También puede despertar el interés del viajero emprender la ruta que recorre la obra de César Manrique, pintor, arquitecto y escultor local. Este artista, entre otros trabajos, diseñó un horno-asador para un restaurante de comida autóctona que utiliza como fuente de calor la energía geotérmica procedente del calor volcánico que palpita en el corazón de Lanzarote. Otra de sus obras paisajísticas es el Mirador del Río, situado en el cabo norte de la isla. Y los Jameos del Agua, unos tubos volcánicos con un lago natural en su interior.
Espectaculares playas de ceniza volcánica conforman el paisaje de Lanzarote./Pedro caba
Recorrer el Parque Nacional de Timanfaya, que ocupa una amplia extensión de más de 50 kilómetros cuadrados, también permite disfrutar, entre otros, del avistamiento de la fauna que habita en el lugar: tórtolas, perdices morunas, reptiles como el lagarto de Harí y el perenguén majorero y, sobre todo, el camello. Aquí es posible montar a los dromedarios en un itinerario que se inicia junto al Museo.
En el paraje de La Geria es interesante constatar que los viñedos de uva malvasía crecen en un ambiente subdesértico sin más aporte de agua que el que su sustrato de ceniza volcánica obtiene de la humedad nocturna. Son características las sucesivas tapias de piedra volcánica con las que los campesinos protegen sus cepas del viento que sopla sempiterno en la isla.
El colosal volcán La Corona./Canario1
El viajero puede encontrar en Lanzarote hasta cinco paisajes propios y característicos: los dos macizos montañosos de Famara-Guatifay (norte) y Los Ajaches (sur); los propios volcanes de Timanfaya (centro-sur), el volcán y malparís de La Corona (norte) y el arenal de El Jable y los islotes del archipiélago Chinijo (al norte) Lanzarote fue la primera isla de Canarias en ser colonizada y en ella se asentaron por primera vez navegantes europeos en su afán por penetrar en el archipiélago.
Lanzarote y su paisaje volcánico viven del turismo. Sin embargo, su historia permanece en la retina de sus vecinos, y también de aquellos que quieren empaparse y conocer cómo se conformó tan especial sitio. Uno de los lugares con historia de las Islas Canarias, sin duda. Declarada la isla Reserva de la Biosfera por la Unesco, forma también parte del pasado guanche de las Canarias como San Cristóbal de la Laguna o Puerto de la Cruz.
Dónde dormir: Hotel Miramar; Avda. Coll, 2; 35500 Arrecife, Lanzarote (Canarias); [email protected]; teléfonos: 928801522 y 928801523.
Dónde comer: La Cantina; Calle León y Castillo, 8; Teguise, Lanzarote (Canarias); teléfono: 928845536.