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Volkswagen: un caso de manual

Por Mbbp
sep
29
2015 actualidad // Management & Comunicación // Miguel Benavent de B. // nuevos paradigmas // Opinión

VOLKSWAGEN: UN CASO DE MANUAL

Author Escrito por Miguel Benavent de B.   Comments Sin comentarios

VW: UN CASO DE MANUAL

Desde hace más de 30 años me dedico a la consultoría, especialmente a la estratégica, la comunicación y la gestión de crisis. Y reconozco que cada vez que acontece alguna crisis del tipo que sea, mi mente y mi espíritu analítico y crítico se ponen en marcha. Hoy tenemos frente a nosotros una nueva crisis, de alcance insospechado, por el momento.

En los últimos años he dirigido mis energías hacia la consultoría, en proyectos de objetivo social, basados en la sostenibilidad y la ética. Pero mis inicios en ese sentido fueron hace unos años, cuando comencé a tratar temas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), aunque ahora se le llame RSE (E, de empresarial). La verdad es que he dejado de creer en ello. Creo que el Sistema y las grandes corporaciones no están realmente en vías de mejorar en este sentido, aunque inviertan grandes sumas de dinero en demostrar lo contrario y muchos colegas asesores actuales de RSC intenten demostrarme que el sector crece cada día más y que hay buena voluntad en ello. Creo que la RSC y similares es una simple máscara para ocultar las verdaderas intenciones de las grandes corporaciones y empresas que, digan lo que digan, tienen la ética y la sostenibilidad están lejos de sus objetivos estratégicos.

El caso actual de VW es solo una prueba de ello. Juegan a ser públicamente “verdes” y “responsables”, incluso realizando campañas para demostrarlo. “Dime de qué presumes y te diré de qué careces” cada día más revolotea por mi mente, cuando veo casos como este. Pero las grandes compañías están forzadas a ello, ante un nuevo consumidor cada día más atento a estos valores. Hoy, la ética y la sostenibilidad son elementos que intervienen ya en la decisión de compra. Sobre todo para los jóvenes, los consumidores de un futuro no tan lejano…

Y el caso de VW es esparadigmático en este sentido. Aún reconociendo su culpabilidad (como aconsejan los manuales de crisis), las consecuencias de su irresponsabilidad y engaño se irán dilatando en el tiempo. Los consumidores dudarán ante la marca y sus productos, además de en la supuesta ética y buena práxis de los otros fabricantes alemanes de automoción… y de otros sectores. Las administraciones públicas intentarán demostrar su interés por defender al consumidor ante el engaño, aunque sea solo reclamándole que devuelva las subvenciones y ayudas para la innovación, que fueron dadas sin el necesario seguimiento. Por cierto ¿eso no les hace responsables subsidiarios en el delito, acaso? Los empleados de la propia marca y los sindicatos están inquietos, no ante el engaño producido, por su conciencia personal o por la falta de ética de quien les paga, sino por la viavilidad económica del Grupo VW, a partir de ahora enfrentado a tribunales y al más duro juicio de la opinión pública.

Pero, a estas alturas de la vida, no seamos ilusos. Tras la irresponsabilidad del fabricante, está la negligencia (cuando no, connivencia) de los políticos, las adminitraciones públicas del país o de la Unión Europea, esta última plagada de lobbies que manipulan abiertamente las decisiones que ésta toma. VW es una pieza más de un entramado institucionalizado de un Sistema imperfecto, en orígen corrupto y que solo tiene en cuenta el imparable crecimiento económico al coste que sea, aunque para ello haya que obviar al ser humano y al entorno natural que le rodea. El cortoplacismo de los mercados financieros y de los agentes económicos, apoyados por los políticos y sus instituciones, manda.

El Grupo VW no es más que un caso más, de los que seguirán apareciendo. Y es que estamos en un momento de cambio global, para el que hay que remover los cimientos de un Sistema no solo imperfecto -pero mejorable-, sino podrido por dentro. Las “puertas giratorias” de la política hacia las grandes corporaciones en todos los países, la escasa ética de los mandatarios públicos y los privados, la impunidad en un sistema que se muestra indiferente y/o incluso oculta estos delitos a la Humanidad y/o a la Naturaleza, sin tomar medidas correctoras y efectivas para aprender de ello y así evitar que se repitan.

Reconozco que me encantaría ayudar a VW a resolver la situación de crisis que está viviendo, pues conozco bien las herramientas. Pero sobre todo me gustaría ayudarles a cambiar su cultura empresarial, para que la ética y sus valores se perpetúen en la Organización, para siempre. Esa es la verdadera RSC activista que me gusta y que no tardará en llegar, en un mundo que reclama el cambio para subsistir.


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