Revista Salud y Bienestar
Capítulo 2x05
Cualquiera que conociese un poco a Giz sabía que el último año no había sido el mejor para él.
La infancia de Giz se había desarrollado en un pequeño y alejado pueblo del norte, perdido entre las montañas, allá donde los programadores japoneses de Pokémon nunca soñaron que su juego podría llegar. Habiendo crecido en un entorno tan tranquilo y bucólico, no era de extrañar que el equipo Pokémon de Giz se caracterizara por estar compuesto por Pokémon de aspecto pacífico y que fuera poco intimidatorio. ¿Alguien se dejaría asustar por un conjunto de pequeñas criaturas sonrientes, la mayoría de ellas de color rosa palo?
Giz había unido hace años a nuestro club de entrenadores, donde nunca fue considerado un rival demasiado complicado. Y entonces, de un día para otro, desapareció. Nadie más supo de él.
-Ha vuelto a su casa -decían unos.
-Escuché que padece una terrible enfermedad -comentaban los más chismosos.
Su desaparición duró un año, hasta que Vientoblanco y yo nos lo encontramos durante nuestro viaje por Hoenn, en Ciudad Malvalona, lugar en el que Giz me retó a un desafío.
El gimnasio Pokémon de ciudad Malvalona está adecuadamente equipado para batallas eléctricas. Cuando acepté el reto de Giz, supuse que él utilizaría Pokémon de este tipo, lo que me tranquilizó bastante. Conociéndole, seguramente utilizaría un Pichu, un Plusle, un Minun o cualquier otro eléctrico de apariencia encantadora.
Por eso me relajé. Ninguna de estas especies es demasiado fuerte y además, como cualquier entrenador aprende en sus primeras lecciones, los ataques eléctricos no hacen demasiado daño a los Pokémon tipo planta, que a mí se me dan particularmente bien.
Ése fue mi error. Giz comenzó el combate con una bestia eléctrica de la que nunca había oído hablar. Era un Luxray, un fuerte león eléctrico originario de la región de Sinnoh. Los Pokémon eléctricos son todos muy rápidos; los de tipo planta, muy lentos, por lo que a él le correspondió iniciar el combate.
-¡Voltio cruel!
Giz había ordenado uno de esos potentes ataques nuevos, frente al cual, mi Gloom no tuvo ninguna oportunidad: a pesar de su relativa inmunidad a la electricidad, fue debilitado en el acto.
-¿Cómo te las has apañado para mejorar tanto desde que no te veo? - le pregunté un poco enfadado por no haberme dejado actuar en la batalla.
-No tienes ni idea del lugar en el que he estado. Me han sometido durante días a fuertes corrientes, y me han castigado con venenos con nombres imposibles de recordar. Soy casi el mismo de antes, sólo que ahora soy más fuerte.
Se rió hacia dentro y con ironía, como él suele acostumbrar, y yo no pude sino alegrarme de que, después de todo, volviera a estar con nosotros.
Foto: Gimnasio de Ciudad Malvalona. El Luxray de Giz usa el ataque Voltio Cruel contra mi Gloom.