El año pasado realicé labores de voluntario en la Maratón de Sevilla, estando situado en la mejor zona de todo el circuito al supervisar el km 35. En aquella ocasión (que relaté entonces en este blog), conté que fue una inolvidable experiencia como corredor y persona, de esas que enriquecen, al tratar de coordinar de atender al corredor y público en lo que pudieran necesitar, avisar de los avituallamientos al más desorientado; además de ser un apoyo vital de cara a afrontar el muro, la parte clave de tan exigente prueba.
Me gustó tanto la experiencia que quise volver a repetir como voluntario en la carrera. En esta ocasión, parecía que me iba a tocar estar en los cajones de salida para tratar de "cazar" al listillo que intenta meterse en el que no le corresponde para "progresar con sus tiempos", orientar al que busque el suyo o simplemente intentar que aquello sea lo menos caótico posible.
Salgo de casa a las 6:40 h de la mañana, con el termómetro marcando 9ºC para la hora que era, lo cual hacía presagiar un día magnífico en lo climatológico con calor y soleado, como finalmente sucedió. En el coche vamos el presidente de mi club, Jose Antonio Coco y el "mozito felíz de las carreras" Javier Mena, ambos portadores de globos de 4h30 para ayudar a otros corredores.
Entre tanto trasiego de coches a pesar de ser tan temprano, pues todos los caminos conducen al Estadio de la Cartuja (no a Roma aquella mañana), llego tarde al arco de salida situado en la Avenida Carlos III donde se había quedado.
Pablo Villalobos
Por suerte para mí, aunque todos los cajones estaban ocupados mi tarea es ahora estar en el stand de los atletas de élite y acompañantes, o sea que iba a poder estar, gracias a un golpe de fortuna, cerca de los cracks del atletismo que se darían cita. Básicamente, ahí me encargaría, junto al resto de voluntarios, de poner esterillas en cada carpa, montar mesas y dejarlas encima con agua y Coca-Cola.
Un grupo formado por la siempre presente legión africana para tratar de asaltar el récord de la prueba 2h08:33, atletas patrios que lucharían por cumplir el reto de conseguir mínima para el mundial de Pekín (la debutante Marisa Casanueva y los gladiadores Jose Carlos Hernández y Pablo Villalobos) y un montón de luchadores dispuestos a pelear por hacerse un nombre en esta prueba.
Con Antonio Serrano, entrenador y alma máter de la fundación que lleva su nombre
Fue un lujo poder tratar con atletas de calidad deportiva y, lo que es más importante, mayor clase como persona como Pablo Villalobos y Marisa Casanueva, el entrenador Antonio Serrano, la velocista Jadilla Rahmouni (de espectadora y rodando unos kms con otros maratoniano), leyendas en vida como Abel Antón y Martín Fiz, subcampeones del Tour de Francia reconvertidos a maratonianos, la élite africana como si el ambiente de fiesta premaratoniana en la salida no fuera con ellos y escuchando órdenes del mánager Miguel Ángel Mostaza y la garra de atletas locales como mi amigo Ricky Rojas y Óscar Sierra.
Al fondo, Joseba Beloki
Mentalizándose para el reto 42k
Con Ricky Rojas y Óscar Sierra
Junto a Jadilla Rahmouni. Velocista pero rodó unos kms en la prueba
Marisa Casanueva. Todo son risas antes de correr un maratón
Las órdenes de MostazaGrabé allí unos instantes de la salida, porque tuve que cortar para ayudar a una corredora y por eso no pude hacerme con la secuencia completa de la salida de los 11.500 corredores. Aquí os lo dejo por si se encuentran.
Así quedó la salida repleta de ropa
Pasada la marea humana, la salida quedó repleta de ropa abandonada por los corredores como camisetas (de algodón en su mayoría), guantes o cortavientos, usado para hacer el calentamiento. Por suerte, supe que había por allí una furgoneta de una empresa de recogida de ropa usada para personas que lo necesitan.
"Selfie". Llegué al Estadio antes que el primero ;)
Camino al Estadio de La Cartuja con calma, tiempo más que de sobra para comprobar que el vídeo de la salida se había subido a Youtube correctamente. En el tartán de la pista, recibimos instrucciones de todas las labores que hay que hacer, recibiendo de nuevo a la élite por poco tiempo y, posteriormente, entregando medallas de finisher a los corredores populares.
Pude presenciar la llegada del primer clasificado en la categoría de silla de ruedas, el catalán Jordi Madera. Entre tanto, a coger fuerzas para toda la mañana con el avituallamiento del voluntario a base de bocata, naranja, Powerade y, por cierto, con las prendas de los voluntarios que entregó la organización puestas: una camiseta azul de algodón y encima el cortavientos amarillo oficial de New Balance.
Impresionante fue el ambientazo que se vivió con la llegada de la élite, especialmente impactante la de la tercera clasificada quien no pude recoger su premio al desmayarse nada más cruzar la meta. Pero si hay una imagen con la que me voy a quedar para siempre es con poder estar con la élite en la llegada, saludar y felicitar al amigo Eduardo Rangel por ese reto deportivo de bajar de 3 horas y el desafío solidario (el más importante, desde mi punto de vista) de conseguir donantes de órganos, cumplido esto último con creces con una suma total de 4.500 donantes.
En cuanto pudimos, los voluntarios que terminamos con una labor con la élite nos marchamos a entregar las medallas para los corredores populares para que así el resto de voluntarios ya presentes desde el principio pudiesen dar abasto a miles y miles de runners.
foto: Esteban Choquet de la Isla
Detrás de cada "Gracias" de cada corredor, cada agradecimiento a los voluntarios por la labor desempeñada al colgar la medalla, cada aparición en vídeos (algunos venidos del extranjero), cada foto inmortalizando el momento para la posteridad del maratonista hay miles y miles de historias de superación personal, un motivo por el que soñar y una sensación interior que te empuje a correr 42,105 kms un domingo por la mañana y superar una dura preparación en lo físico y psicológico. Son alicientes más que suficientes las que va a convertir esta en una de las mejores experiencia que viva como corredor. Otra vivencia inolvidable más para recordar y que me da este deporte llamado atletismo.
foto: Esteban Choquet de la Isla
foto: Esteban Choquet de la Isla
Mis respetos y ovación cerrada para el corredor que cerró el Maratón de Sevilla (de último nada). Tanto (o más, mérito se merece como el primer atleta que llegó. Un esfuerzo titánico por llegar antes del cierre de meta que bien se merece que tenga su reconocimiento público. Tampoco me dejo atrás a amigos a los que pude dejarle puesta tan distinguida medalla de finisher (con el giraldillo reluciendo) como al presi de mi club Jose Antonio Coco y su mujer Mari Ángeles, Antonio Gallardo, Jartibles como Patty Raffo o Ángel López, Juan Miguel Figueroa, Javi Balbuena y Mercedes, etc.
Agradecer a la organización que contasen conmigo otro año más, y sirva esta entrada como homenaje al resto de voluntarios por la labor impecable realizada para que todo saliera a la perfección y los corredores se sintieran arropados. Sin ellos, sería impensable la edición de este año y las otras 30 que han tenido lugar en la historia del Maratón en Sevilla. Dedican su tiempo de ocio a ayudarnos a los corredores y merecen el máximo respeto por sus ganas de ayudar a que la experiencia maratoniana sea disfrutada.
Como dije el año pasado, esto ha sido otra bonita aventura que podría repetir en futuras ediciones hasta que decida liarme la manta a la cabeza y ser otro más de los miles de protagonistas del Maratón. Todo llegará a su tiempo.
Saludos patós!!!