Hablando con mis amigas me he podido dar cuenta de que, a pesar de que cada una esté en etapas distintas, todas coincidimos en querer mejorar nuestra calidad de vida. La rutina nos hace sentir cansadas, sin ganas y abrumadas por querer cambiar y hacer cosas distintas para poder sentirnos mejor y más felices diariamente. Les propongo a mirar atrás y buscar entre las cosas simples que tan bien nos hacía sentir. ¡Volvamos a lo simple!
Hoy en día existen muchos factores que nos despegan de las verdaderas cosas simples, esos que antes disfrutábamos y que hoy, por alguna razón, dejamos de hacer. Y esto lo atribuyo a que la tecnología va jugando un papel fundamental en nuestra cotidianidad: el celular, la televisión, el iPad, iPhone, iPod y todos los “I” que existen, como no nombrar además las benditas redes sociales donde gastamos tanto tiempo, por ejemplo, leyendo los “estados” de otras personas y levantando el dedito del “me gusta” en Facebook o, de vez en cuando, informándonos de la contingencia farandulera y dando los RT de las cosas que nos parecen interesantes para que otras personas lean lo que a ti te pareció “importante” en Twitter. Cosas que a fin de cuentas no tienen mucho sentido si te fijas en lo que dejaste de disfrutar, antes de estos distractores tecnológicos, todo resultaba más placentero.Hace un tiempo me sentí así y decidí realizar una lista con las cosas que debería cambiar para vivir la rutina de otra forma, para poder vivir mi cotidianidad disfrutando de lo que solía hacer hace muchos años atrás. Dentro de la lista incluí:
- Pasar menos tiempo en las redes sociales: Esto quita mucho tiempo. Sin duda, para poder aprovechar el poco tiempo que nos queda es mejor reducir el abuso de este punto.
- Salir a caminar: ¿Hace cuánto no das una caminata solo por salir a pasear?
- Conversar con desconocidos: Para mí no hay nada más agradable que conocer historias nuevas... en los taxis, el almacén y hasta en el autobús puedes pasar ratos muy entretenidos.
- Escuchar el CD favorito de la adolescencia: Sentirse quinceañera es lo mejor, vale la pena escuchar esos placeres culpables de la música y bailar.
- Leer cartas antiguas (excepto las amorosas): Esas que alguna vez tus padres te escribieron por alguna razón escolar o las cartas que cuando pequeñas nos enviábamos con las amig@s. Las amorosas… ¿para qué?
- Deshacerme de la ropa antigua: Limpiar el dormitorio ayuda a renovar las energías y no está de más donar lo que esté en buen estado apoyando alguna buena causa. Fomenta tu solidaridad.
- Invitar más seguido a los amigos a casa: Personalmente, me encanta invitar a gente a mi casa, me resulta muy placentero atenderlos, compartir y que se sientan cómodos. Es que a veces una puede llegar a ser muy casera.
- Jugar a las cartas: Pasar un domingo jugando cartas con la familia puede resultar ser un buen pasatiempo.
- Ver películas con la familia: Excelente panorama para compartir con los que mas quieres.
- Mirar a los ojos: No necesita mayor desglose.
Cosas tan simples como estas pueden sustituir momentos aburridos en entretenidas jornadas reencontrándonos con nosotras mismas, con nuestra esencia. Poder cambiar pequeñas actitudes nos trasformara un día caótico en un día para aprovecharlo en las cosas simples que sabemos están ahí para reencantarnos, ¡solo basta actitud!.
Y tú, ¿qué haces para ser feliz con las cosas simples?