Estos ya usaron el tren para ir a la Edad Media…pero solo hasta Sigüenza
Apadrinar un alumno universitario es el último recurso que han ideado algunas universidades ante el mezquino recorte de presupuestos de derechos básicos (educación y sanidad) que efectúa el gobierno para no tener que menguar el dinero encaminado a mantener su nivel de vida y asegurar su dorada jubilación en consejos de administración de empresas agradecidas por los servicios prestados.
El retroceso social es grande y la velocidad que manifiesta no es nada desdeñable. En apenas dos años hemos pasado a tener una calidad de vida de hace 40 y a que la única solución a la cultura pase por el mecenazgo al estilo Medicci de hace casi 600 años.
Pero puede que esto no sólo se quede en que alguien pague la carrera de un joven universitario para que éste no tenga que abandonar la carrera. Quizás la idea avance y directamente pagues los estudios de un médico y compres su plaza en un hospital para asegurarte un trato preferente cuando necesites los servicios médicos. Puede que sea más barato y de más confianza hacer esto que pensar en que la sanidad pública te va a atender como mereces o que un hospital privado va a gastar el dinero necesario para salvarte la vida, si se da cuenta de que no va a obtener el suficiente beneficio.
¿Para qué sirve pagar impuestos, si el pago no te garantiza los derechos? (ya sé que los derechos son inherentes y no hay que pagar por ellos, pero con todo mercantilizado es lo que parece) Pagar es absurdo, cuando no hay forma de encontrar trabajo y hay que irse al extranjero para que otros se beneficien de los impuestos que se han empleado en formar españoles cuyo trabajo redundaría en mejorar el país. Ya ni las pensiones tras una vida de sacrificio se garantizan, morir rápido o de hambre es la opción más adecuada para el despiadado sistema económico que nos ahoga. Pagar impuestos es una exigencia del señor feudal para que pueda vivir bien porque él tiene espadas que pueden cortarte el cuello y tú no las tienes.
Nunca hubo igualdad real. Lo de “Los españoles somos iguales ante la ley…” de la desfasada constitución española es un mal chiste, pero lo consentíamos, sabiendo que aunque no éramos iguales, al menos éramos parecidos. Pero con la galopante corrupción la igualdad deja de ser una utopía para convertirse en una broma de mal gusto. Y si a esta desigualdad estructural se le añade la promovida por el gobierno vamos en caída libre, sin que nadie sepa manejar el avión y con la tripulación quitándole los paracaídas al pasaje para asegurarse la supervivencia.
Eso sí, ahora que ya no somos iguales se podría decir que es más español el que apadrina un universitario que el que recorta presupuestos. Que es más español el que dona dinero a una ONG no religiosa que el que desvía sus fondos a una SICAV para pagar menos impuestos. Que es más español el emigrante que va a trabajar fuera y envía dinero a casa para mejorar la vida de la gente que el que privatiza servicios públicos para beneficiar a sus amigos y empeorar la vida de los ciudadanos más humildes. Que es más español un parado que un banquero. Que es más español un mendigo que un político. Que tú eres más español que yo, o que tú eres tan poco español que deberías ser expulsado, y buscarte un país que admita escoria. Y así sucesivamente…
En contra de lo que pueda parecer siempre ha habido españoles de primera, de segunda y de tercera. Y curiosamente los de tercera siempre se han creído que son de primera por el hecho de tener un despacho decorado con maderas nobles.
Estamos volviendo a la Edad Media en alta velocidad.
Apadrina un tonto y nos ahorraremos un sueldo de ministro.
keagustitomekedao