Ha sido un largo periodo de silencio. Ha sido duro pero, como casi siempre, la vida nos devuelve al lugar donde queremos estar. Mis circunstancias personales me han mantenido alejado de la psicología demasiado tiempo, pero ya es hora de volver.
Reencontrarse con algo en lo que has puesto tanto empeño es fantástico, pero también difícil. Buscar en tus pensamientos las motivaciones que habías cerrado con llave hace unos meses, para no pasarlo mal o, mirar atrás para comprobar si ha merecido la pena dejar tantas cosas que te hacían feliz para perseguir otra meta, da miedo. ¿Por qué nos da miedo? Porque puede que no haya merecido la pena.Y ¿Qué pasa si no ha merecido la pena? El miedo es adaptativo y nos ayuda seguir vivos, nos mantiene alerta. Pero a veces es un muro que no nos deja continuar nuestro camino. Para seguir hay que hacer balance de lo vivido, de lo cosechado en todo este tiempo, comprobar que hemos alcanzado nuestras metas o simplemente, seguir persiguiéndolas.Hoy hago balance y creo que he alcanzado mis metas. Por eso vuelvo, para empezar otra etapa. Miro atrás satisfecho de lo que he conseguido en este tiempo y precisamente eso, me permite seguir con mi vida donde la dejé. Hoy vuelvo, "vuelvo al solar de la casa aquella que el lobo–que es la vida– ha derribado con un soplo".Vuelvo para quedarme y reconstruirla piedra a piedra. Esa es, en el fondo, la naturaleza de la mente humana.