Quien diría que el tiempo tan constante no se detiene, ayer yo en mi tierna infancia que tal vez de tierna no tubo mucho ni de infancia tampoco, sola a la deriva aprendiendo a sobrevivir por mi misma, sin depender, tratándome sola de proteger, alejando de mi toda la sombra del mal y el daño, aunque obvio no exenta de sufrimiento y a veces desolación.
Si esa niña esa yo, esa que se formó a si misma, que tomo lo mejor y lo peor de si para defenderse y enfrentar la vida. Que aprendió el arte de leer a las personas, seducir y manipular si era necesario; pero también esa capaz de los mayores sacrificios por amor y por lealtad, porque a pesar de la soledad, el amor y la amistad son los sentidos que rigen mí existencia.
Adolescencia y juventud, rodeada de arte, forma color y movimientos, pero también bajo la sombra de los vicios, los excesos y el libertinaje sin riendas ni control. Punto de mi vida del cual no me arrepiento, pues de todo se aprende y si lo sabes aprovechar te hace mejor, superior y ganador en la lucha contra ti mismo, que es la batalla constante, mientras abras los ojos cada mañana, tu corazón lata y respires vida.
Ahora ya en los albores de mi paso por esta dimensión, con casi la mitad de mi tiempo en esta realidad física recorrido y después de vivir la historia de amor mas grande que jamás supuse llegaría a mi vida; veinticinco años de gloria compartida con dos retoños, que se convirtieron los tres en el centro de mi vida; por los cuales di todo con gusto y por quienes todo volvería a dar si fuera necesario, siempre por la lealtad que le debo a mi esencia que vive, respira, existe por el amor y amistad.
Pero en esta etapa mi vida, esa yo como ser individual se congelo sin pasar, sin moverse de lugar, porque todo lo que era lo di, todo lo que tenia lo entregué, todo lo que íntegramente me forma a mí, lo utilicé para cumplir con mí responsabilidad, que ha sido la máxima de mi vida en esta etapa de entrega.
Y ahora la vida de nuevo, pero ya en soledad, con tiempo para mí, pero sin nada que darme porque todo lo cedí. Debo pues empezar de nuevo, nuevos retos, nueva dirección, nueva realidad, nuevo todo a partir de aquí. Confusión, desaliento, cansancio, soledad, pero debo continuar, resurgir de nuevo de la adversidad como lo hice ya una vez, dos o más, ya no llevo la cuenta para qué, pero no importa me tengo a mi y es lo que he necesitado siempre para salir, si ya no tengo nada lo creare, lo inventare, lo renovare, lo sacare de mi interior pues es fuente inagotable de fortaleza y valor, porque caer tal vez pero quedarme perdida o atrapada jamás, resistiré, resurgiré, más fuerte, más yo, más viva que nunca para poder de nuevo emprender el vuelo y llegar hasta donde esta realidad me lleve, al infinito y más…porque aunque en el proceso de existir tengas que morir varias veces, se puede renacer cada vez y sentir que puedes volver, si volver a ser, volver a sentir, volver a vivir….