Prometo que este verano no entraba en mis planes no aparecer por aquí pero el verano del 2016 ha sido tan especial sin tener nada de especial que me lo he pasado entero improvisando por ahí fuera.
Improvisando de tal manera que el portátil se quedó olvidado en esa mesa debajo de esa mesa de tareas pendientes para cuando llegué Septiembre.
Y Septiembre llegó, demostrando una vez más que es un mes de los más necesarios, lleno de verano y de salitre, porque Septiembre también es verano, aunque los que han vuelto de las vacaciones de Agosto se empeñen en decir lo contrario.
Vuelve Septiembre y volvemos a escribir. A un lado los rayos de sol entran por la ventana, al otro una libreta llena de ideas y en el lápiz de memoria, una carpeta llena de fotos espectaculares para compartir con vosotros.
Vuelve Septiembre. Vuelven las bodas, la inspiración, las historias. Vuelve Septiembre con todo lo bueno que siempre nos trae y nos sentamos a teclear. Tres palabras nos han bastado para darnos cuenta de lo que hemos echado de menos escribir este verano en el que sí hemos leído, y mucho.
Echar de menos escribir porque escribir me gusta con locura, porque este es un blog de leer, porque es empezar a verter palabras y disfrutar a este lado.
Hemos vuelto.