Volverán tiempos mejores. Seguro. Tiempos en los que la gente válida volverá a ocupar puestos de mando. En los que el interés vuelva a ser general, por encima de la nefasta mediocridad y avaricia personal. Tiempos malos para los trepas y chupópteros. Tiempos en los que la buena intención y el esfuerzo personal cuenten más que los resultados. Tiempos en los que los jetas y chorizos sean una absoluta y perseguible excepción. En los que la autocrítica sea el pan nuestro de cada día. También la Justicia, tanto social como económica como laboral. Tiempos en los que dimitir rime con dirigir. Sin cortapisas ni cinismos. Tiempos en los que los reguladores regularán, los vigilantes vigilarán, los medios informarán, los bancos facilitarán, las empresas enriquecerán y los políticos servirán. A todos. Sin prejuicios ni rencores. Sin salvapatrias ni eróticas del poder. Tiempos de los que alegrarse y presumir. Tiempos para volver a la vida, para disfrutarla y compartirla. Que para eso estamos aquí abajo.
Eso quiero creer.
Futuro, Reflexionando