En los últimos tiempos se percibe con claridad un retorno de tendencias vintage, sin lugar a dudas. Si bien el gusto por lo retro viene de largo ya -sobre todo en ciertos sectores como la ropa o la decoración- en el último año se está experimentando un boom en el gusto por los discos de vinilo, así como más recientemente, por las cámaras analógicas. Dentro de las preferencias tecnológicas que nos caracterizan, se encuentra sin duda la fotografía, por lo que este retorno al film nos resulta muy interesante.
Nos hemos liado la manta a la cabeza hace unos meses, y como buenos amantes de la retro tecnología, decidimos comprobar que sensaciones nos produce hacer fotos, de la manera en la que se hacían cuando éramos pequeños.
No cabe duda de que el sistema digital se impuso hace tiempo democratizando por completo el acceso a fotografías de una calidad más que sobresaliente para todos los públicos. Llevarse a casa buenos recuerdos está desde hace tiempo al alcance de cualquiera, a un precio muy bajo, y en cualquier lugar.
No hay más que ver la calidad que presentan casi todos los terminales móviles de gama media en cuanto al nivel técnico en lo que a la cámara se refiere; o las extraordinarias cámaras compactas actuales, que además de tener una calidad impresionante, portan un precio razonable. Un poco más arriba en la gama, nos encontraremos las cámaras prosumer así como las reflex de iniciación y las avanzadas. Sin embargo, los equipos de calidad superior siguen siendo casi tan inaccesibles o más de lo que lo eran en el pasado.
Se observa por tanto una polarización en cuanto al encuadre de los segmentos de mercado, siendo ocupado el nivel inferior de prestaciones por la telefonía móvil. Esto no quiere decir que no existan smartphone con una calidad excepcional, sino que las necesidades básicas para el usuario que no precisa nada más que una simple captura de lo que le rodea sin más pretensiones, a día de hoy se encuentra cubierto más que de sobra por los teléfonos móviles.
¿Qué motivos podemos encontrar para regresar a un método tan, a día de hoy, arcaico? En un escenario de cámaras digitales que te muestran el resultado de inmediato, con posibilidad de hacer miles de disparos en una sola tarjeta de memoria, y con unos sistemas automáticos o programados capaces de ofrecer resultados espectaculares al alcance del neófito, el buen aficionado a la fotografía se centra -o debería centrarse- más en la calidad artística del disparo que en la propia excelencia técnica básica, de la que ya se encarga la cámara en gran parte, como por ejemplo, con unos sistemas de enfoque y medición de la luz de altísima calidad.
Y es en esta búsqueda del encuadre perfecto, de la golden hour al amanecer y atardecer, de las sombras más interesantes, o del aislamiento más inesperado, cuando se echa en falta el feeling que ha ofrecido siempre la fotografía analógica, sus tonos y el grano inherente a las emulsiones del carrete.
De estos temas, bien saben los usuarios y fans de la lomografía, apasionados de las cámaras lo-fi, algunas de las cuales parecen cuasi juguetes (que me perdonen los fans...), de los carretes de fotos creativos, y las múltiples posibilidades que ofrece este sistema, como por ejemplo la doble exposición.
Con un panorama saturado de dispositivos fotográficos de alta calidad, la mejor forma de distinguirse del resto es volver a usar el film, y abanderar la actitud de dejar de lado los filtros más "instagrameros", y los intentos de imitar el look retro mediante Photoshop, VSCOcam, etc, para sentirte un poco al margen de las tendencias más mainstream. Hay quien se encuentra como pez en el agua desmarcándose del resto y apadrinando tendencias minoritarias, lo cual es absolutamente respetable, por supuesto.
Pero no solo los buscadores incansables de lo diferente, del "postureo", del vintage, se sienten atraídos. Como no, los viejos -y no tan viejos- del lugar recordarán con añoranza aquellos tiempos pasados, y los más jóvenes encontrarán un sistema de captar luz entrañable y casi mágico.
Te encasilles donde te encasilles, es muy fácil sentirse atraído por la fotografía analógica -aunque puede que no tanto como para complicarte la vida-, con lo que no nos extraña nada el boom que está notándose en 2015 y 2016.
La primera señal de que alguna tendencia está eclosionando, suele surgir en internet como casi todas las modas. Influencers y early adopters marcan la línea a seguir, y buscarlos es sencillo si dedicamos un tiempo a curiosear en Instagram.
Esta aplicación es un caldo de cultivo perfecto para los amantes del estilo retro, con multitud de filtros fotográficos que evocan el estilo y tonos de ciertas películas y procesos fotográficos. Dentro de esta aplicación, la cantidad de perfiles dedicados a fotógrafos profesionales es significativa, y el volumen de fans, profesionales, y aficionados a la fotografía analógica es muy elevado y creciente.
En cuanto a páginas o portales, la presencia es interesante, pues las webs que encontramos son en su mayoría, o bien los curiosos vestigios de las páginas semi abandonadas, o abandonadas del todo, de los últimos coletazos de la era del film, allá por el comienzo de siglo XXI, o bien portales actuales que en sus primeras reviews trataban sobre este tipo de cámaras.
No obstante, se detecta un creciente número de blogs de aficionados -en ocasiones profesionales- que exponen sus experiencias con esta técnica fotográfica, en ocasiones dedicados a una marca o modelo de renombre.
Presencia en las calles
El siguiente paso en la escalada de esta expansión trendy, es la presencia a pie de calle. Cuando empiezas a descubrir que los viandantes con los que te cruzas portan una cámara de este tipo, puedes tener por seguro que es cuestión de tiempo que la tendencia termine por eclosionar.
Definitivo sin duda, por encima de la notoriedad en la calle aunque en el fondo sea parte de esta, es la proliferación de tiendas dedicadas en cuerpo y alma al sistema analógico. Si bien es cierto que todavía es habitual que al entrar en una tienda de fotografía te miren como si fueras un bicho raro cuando sacas tu juego de carretes para revelar, en su mayoría ofrecen ya este servicio, subcontratado con algún laboratorio más grande. Esta es la situación que se da, al menos en las grandes capitales de provincia.
¿Has leído ya nuestro último artículo? Date una vuelta, merece la pena.
En las mencionadas tiendas exclusivamente dedicadas al mundo del film, se prestan algunos servicios relacionados de manera adicional como por ejemplo, la venta de cámaras analógicas restauradas y perfecetamente funcionales, o la fotografía de estudio.
Revalorización del material
Como consecuencia inevitable de la tendencia al alza del interés en el mundo de la fotografía analógica, se empiezan a notar los primeros síntomas de inflación en el precio del material fotográfico clásico.
A día de hoy coexisten varias tendencias. Por una parte los usuarios que son afortunados poseedores de material muy valorado, como las cámaras de la marca Leica, saben lo que venden, y el precio va en consonancia. Por otra tenemos a los vendedores más avispados que aprovechan el hype o tendencia que se puede estar centrando en torno a un modelo concreto como por ejemplo series limitadas, como por ejemplo la la Olympus mjuII. Finalmente, los vendedores más despistados, que en algún caso ofrecen modelos más que interesantes, a precios de saldillo, puesto que claro... ¿quién va a querer un trozo de plástico inútil?.
Iremos directos al grano: Es un buen momento para invertir en adquirir material mítico a precios risa, así de sencillo. Porque o mucho nos equivocamos, o la fotografía analógica y todo lo relacionado se está convirtiendo en un objeto de culto, y todos sabemos la inflación que llega a rodear a los objetos más deseados.
Lo complicado es saber qué material a precio de saldo ahora será apreciado en el futuro.
Sí, es cierto, es altamente improbable que tu cuñado el espabilado de la réflex digital armado con el 18-55 de serie llegue a interesarse jamás por este tipo de sistemas, y de la misma manera el usuario tipo average Joe, o consumidor medio, saldrá espantado de un tipo de fotografía que cuando menos, es complicado, poco fiable -todos sabemos que depende de la calidad de tu equipo en demasía- y ciertamente complicado en tanto en cuanto requiere de ciertos conocimientos mínimos para alcanzar unos niveles aceptables de calidad.
Pero todos sabemos que en los nichos hay dinero, y más posibilidades de alcanzar un trozo del pastel razonable, aunque eso sí, como en todo en esta vida, el que golpea primero, golpea dos veces.
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