Revista Comunicación

volvió una noche

Publicado el 25 diciembre 2015 por Libretachatarra
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LOS HUÉSPEDES
data: http://www.imdb.com/title/tt3567288
Uno de los orgullos principistas de esta página, es la defensa del cine de M. Night Shyamalan. El tipo tuvo la maldición wellesiana de hacer una obra maestra como “Sexto Sentido”. A partir de allí, todo lo que viniera sería cuesta arriba. Más aún cuando el snobismo de la crítica se la tomó particularmente con la nueva estrella y le empezaron a dar duro y surtido con cada película. En esta página valoramos trabajos como “Señales”, “La dama del agua”, “El incidente” que fueron masacradas por la crítica. Encontramos en su cine la difícil habilidad de provocarnos miedo con nada. Suspenso con economía de recursos. En “Señales”, nos causa pánico con la transmisión de un radio de bebé, al mediodía, abajo del sol; en “El incidente”, los aleatorios suicidios y el pánico de atravesar un malezal, alcanza para ponernos los pelos de punta.
Algún crítico alabó uno de sus filmes más flojos porque significaba que tras el fracaso comercial, nunca más conseguiría fondos para filmar. Para un tipo que hizo una película y no un homicidio, parece como un poco mucho. Y entre tanto cine en piloto automático y predecible, M. Night Shyamalan se atreve a tomarse algunos riesgos que otros prefieren abstenerse. Temimos ante tanta crítica infundada, porque uno a veces olvida lo que hace bien y termina yendo por el camino de lo seguro, de lo que no es bueno para uno. Shyamalan cometió ese error en varios filmes muy malos (“Airbender, el último guerrero del aire”) y creímos que se iba a desbarrancar. Por eso cuando vuelve con una película chiquita pero tan ingeniosa como “Los huéspedes”, respiramos con alivio.
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“Los huéspedes” ha merecido el elogio de los mismos tipos que lo destruyeron por películas muy similares a ésta. Otro claro ejemplo de que detrás de la crítica cinematográfica suelen esconderse gente que, de verdad, odia con ganas el cine. Y hacen lo posible, desde su trinchera, para arruinarnos la vida a los espectadores. Ignorémoslos lo más que podamos.
“Los huéspedes” es una historia con economía de personajes, contadas desde la videocámara de una adolescente que quiere filmar un documental. La chica es Becca y su película trata sobre una visita a sus abuelos, que hará con su hermano Tyler. La visita tiene sus peculiaridades porque Becca y Tyler no conocen a sus abuelos. Hace quince años, su madre se fue de casa y nunca más habló con sus padres. Se fue detrás del amor de su vida que un día la dejó. Y los chicos arrastran los traumas del padre ausente: un terror patológico a los gérmenes de parte de Tyler; una fobia a los espejos de Becca.
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Los chicos aprovechan a despachar a la madre a un crucero con su nuevo novio, como empujoncito para que formen pareja, mientras conocen a los abuelos que fueron una referencia lejana en su vida.
Los abuelos granjeros y simplones con los que se encuentran, en una granja perdida y abandonada, tienen el secreto que buscan los chicos: qué pasó cuando se fue su madre del hogar; porqué nunca más se hablaron.
Bueno, las cosas empiezan a complicarse cuando los chicos descubren ciertas conductas atípicas de los abuelos. Prohibición de salir del cuarto después de las nueve y media, gritos en los pasillos, cosas que se guardan en el cobertizo, hornos que hay que limpiar, sótanos a los que no se puede bajar.
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La visita es por una semana y cada noche, algo más raro pasa, algo que no termina de cerrar del todo, algo que no cuadra y que complica el panorama.
Hay un giro en el final que lo explica todo. Y que no diremos por obvios motivos.
Pero, lo interesante de las películas de M. Night Shyamalan, lo que los críticos suele dejar de lado, es que sus personajes siempre tienen una prueba personal que superar. Hay algo detrás del mecanismo del suspenso que maneja con mucha eficacia: los protagonistas deben probarse a si mismos, deben superar una prueba.
En “Los huéspedes”, los chicos deben elevarse sobre sus miedos para superar una situación crítica de la trama. Pero en realidad, su prueba es más elevada, más profunda: deben dejar de culparse por el abandono del padre. No son los responsables de su ida. Y el paso siguiente será el perdón. El perdón que está como materia pendiente en el personaje que opera de lejos, la madre, que se ha enredado en una maraña de excusas durante mucho tiempo, tal vez demasiado. El consejo con que cierra la película es la tesis del filme: “Por favor. No guardes rencor nunca a nadie”.
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No guardés rencor a tus padres pero principalmente, no te guardes rencor a ti. No es culpa tuya de que otros no te quieran. Ni siquiera es culpa de los que se fueron.
Ésa es la lección que detrás de las siete noches de miedo tienen los protagonistas de “Los huéspedes”. Y esa perla es la marca en el orillo del cine de M. Night Shyamalan que volvió una noche, con la calidad de su estilo.
Mañana, las mejores frases.

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