Susana Martínez.
Que broma cuando pensábamos que lo habíamos visto todo, y que teníamos el sartén por el mango… entonces las gallinas se alborotaron. El cuento lo podríamos resumir una y otra vez, pero no es tan fácil. Porque, vivimos en el país de las maravillas., donde todos los días pasa algo novedoso. No nos asombramos si la reciente campaña electoral, esté llena de acontecimientos nefastos: saboteo de luz, difamaciones y muchísimas cosas más. Todo puede pasar.
La oposición por su lado, predica que Venezuela necesita un cambio, pero observo a Ramos Allup y juro que no entiendo el chiste. Para los incrédulos, ese cambio vendrá: con los anaqueles llenos de comidas, con combos de libertad, guarimbas y lo que no puede faltar, la ración: Maduro renuncia. Así, de esta forma “hermano chavista”, usted que está cansado de hacer colas, en enero verá una luz, a menos que María se la apague.
Por un momento, tenemos que reflexionar, si llegasen a ganar las parlamentarias. ¿Por qué no? Eso es parte de una elección: se gana o se pierde. Pero, perder significaría un total retroceso. Porque, tendríamos una oposición siendo mayoría, oponiéndose a todo lo que huela a revolución. Aunque dé un poco de escalofrío, imaginemos por un momento (no más) : Ramos Allup como presidente de la asamblea, el matemático Julio Borges y la experta en petróleo Delsa Solórzano, ambos como vicepresidentes. Quizás, vociferando: “con mis gallinas bachaqueras no te metas” en el hemiciclo de la Asamblea Nacional. La verdad, que no es nada fácil, tal aberración.
Por lo cual, hoy más que nunca, no podemos confundir votar con botar (aunque tengamos gana). En fin, esta elección se debe votar como sea, pero no por quien sea.