Voto de castidad de Verónica Black, es una historia de crimenes, y de la HERMANA JOAN, que pertenece a la congregación de las Hermanas de la Compasión, donde comienza este misterio.
Extraños sucesos ocurren en el convento de las Hermanas de la Compasión. Numerosos objetos religiosos han desaparecido. La hermana Joan a cargo de una escuela rural, observa como estos misteriosos hechos se proyectan sobre la comunidad campesina donde esta ubicado el convento. Con el presagio de peores infortunio una de las alumnas de la escuela escribe un angustioso poema. Dos días más tarde desaparece un niño gitano.
En el imperturbable paisaje de Cornualles, en Inglaterra, la hermana Joan combina sus obligaciones como monja de las Hermanas de la Compasión con el cargo de maestra de la comunidad. Pero, en esta aparente tranquilidad rural, un extraño aire de misterios atraviesa los gruesos muros del convento y arrastra una persistente sensación de normalidad.
Alguien, y la hermana Joan duda que fuera una de las religiosas, se esta apropiando a su antojo de las velas, las flores y el agua bendita de la capilla del convento. Todas son cosas que pueden conseguirse fácilmente en otra parte, no obstante, no estarían consagradas si no fueran del convento.
Alguien necesita velas, flores y agua bendecidas. Pero y para que quieren estos objetos. Guiada por su activa perspicacia, la religiosa presiente que estos sucesos son solo el comienzo de la manifestación del mal. En la antesala de la desgracia, un oscuro poema escrito por una niña recién llegada anuncia nuevas y peores calamidades. Un pequeño niño gitano, alumno de la escuela en la que enseña la hermana Joan, ha desaparecido.
Para la hermana Joan ha llegado la hora de investigar. Con el reposo y la sabiduría que dan la vida contemplativa, la profunda psicología de la hermana Joan penetra en las oscuras fuerzas que rigen el ser humano. Un camino que provoca no pocas disyuntivas personales, y del que es imposible regresar siendo la misma persona que emprendió ese camino.