Laila Tajeldine.
Evidentemente el pueblo está siendo torturado, quienes manejan la adquisición, producción y distribución de alimentos y artículos personales impiden suministrar los anaqueles que antes abastecían, alterando la estabilidad adquisitiva de los compradores y atacando las emociones en los hogares del país.
La Revolución Bolivariana es el laboratorio de la CIA para el inicio de la caída de los gobiernos progresistas de la región y el mundo. Una burda técnica de manipulación de las masas se ha estado aplicando en estos últimos meses contra nuestro pueblo. Veamos.
Luego de la lectura de expertos en la materia, podemos resaltar varios elementos que actualmente están siendo utilizados para la caída de la Revolución.
La Distracción: el objetivo es impedir el avance y profundización de la Revolución, a través de la siembra de nuevos elementos a enfrentar por la misma, tañes como las manifestaciones por resultados electorales, saboteos eléctricos y económicos, focos de violencia, intentos de magnicidios, entre otros.
La Creación problemas y luego ofrecerse como la solución: la derecha está creando una crisis económica, eléctrica, entre otras, para someter al pueblo y obligarlo a aceptar, como un mal necesario, votar por el verdugo como condición de restitución de los derechos que estos les impiden. Es por ello, que en numerosas oportunidades la derecha proestadounidense repite en los medios Si estas molesto y quieres tener luz en tu casa, harina pan, leche regularmente, papel sanitario, entonces vota por nosotros, aceptando tácitamente su autoría en tales fechorías.
Utilización aspectos emocionales, rompiendo con el análisis racional: activando una vieja táctica, entrando en la psiquis de las personas, jugando con los sentimientos, las necesidades alimentarias, monetarias y la vida misma del pueblo. Están entrando en el subconsciente del pueblo y logrando con sus emociones evitar un análisis racional y crítico de lo que realmente sucede, de esta forma, le impiden ubicar a los responsables que cercenan sus derechos y accionar contra los mismos.
Reemplazamiento de la reacción defensiva por la culpabilidad: habiéndose evitado el análisis racional de los sucesos, las emociones son las que determinarán las conductas del pueblo, por lo tanto culpar al gobierno y sus instituciones de forma inducida (a través de los medios) sería la salida más rápida. No hay identificación real de quienes cercenan sus derechos, al contrario, culpan a otra víctima de este plan que tiene como objetivo hacer caer a la revolución, y en consecuencia las conquistas sociales.
La reacción natural de un pueblo plenamente consiente seria la toma de las calles y señalamiento a los verdaderos responsables de tales atentados contra la Nación y sus habitantes. Las calles son del pueblo y el mismo debe encargarse de que exista un linchamiento judicial contra los verdugos que impiden el acceso de forma regular a sus derechos. Los pasos de nuestro Presidente Nicolás Maduro, de nombramiento de una comisión presidencial contra este complot que está impulsado desde el exterior resulta alentador, el mismo solo será posible si el pueblo reacciona a través de las organizaciones constituidas, debemos dar un paso adelante, impulsando y refrendando las acciones del gobierno revolucionario.