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"VOY A HABLAR DE SARAH” de Pauline Delabroy-Allard

Publicado el 12 agosto 2019 por Marianleemaslibros

“Escupe el humo hacia el cielo, formando una nube que se junta con las nubes. Hunde los ojos en los míos. Dice: <<Creo que me he enamorado de ti>>. 

Dice que se va a fumar otro cigarrillo para celebrar que ha sido audaz, valiente: suena en la oscuridad el chasquido de la cerilla, el olor del azufre se convierte para siempre jamás en el olor de la confesión que alivia, el olor de la realidad indecible que por fin se expresa, el olor de la verdad desnuda, que toma tierra, colocada ante mí como un regalo.”
Una noche, en una fiesta, dos mujeres se conocen por azar. Una, la narradora, vive su rutina de madre soltera y profesora con una pareja circunstancial. La otra es violinista, excéntrica, sensual y culta. Habla y ríe demasiado. Es Sarah.
A partir de entonces se suceden citas improvisadas, almuerzos, conciertos, lecturas, los cuartetos de Beethoven y la primavera en París. Hasta que un día Sarah dice: «Creo que me he enamorado de ti». Y se desata el amour fou, la pasión que quema a cada instante, y que, como ocurre con todas las grandes pasiones, no puede acabar bien.

               
Pauline Delabroy-Allard (1988) es profesora. Madre soltera a los veintidós años, viajó de Francia a Kazajistán y ha tenido varios trabajos entre ellos el de librera y cajera de cine. Escribe para una revista literaria online: En attendant Nadeau.
El día que cumplió treinta años envió el manuscrito de "Voy a hablar de Sarah" a muchas editoriales francesas y fue Minuit, la mítica editorial de Marguerite Duras (con la que se compara a la autora), quien la adquirió.
La novela se convirtió en la favorita de la crítica y los lectores, fue finalista del Premio Goncourt, obtuvo el Premio de los Libreros de Nancy-Le Point, el Premio Envoyé par la Poste, el Premio Roman des Étudiants France Culture-Télérama y el Premio del Estilo, y está siendo traducida por las principales editoriales del mundo.
De qué va la novela?
De la narradora de la historia nunca conoceremos su nombre, (ni falta que nos hace), solo sabemos que está separada, es profesora y madre de una niña y que tiene una vida aparentemente perfecta. Podría haber seguido así mucho tiempo viviendo un periodo de latencia, un largo túnel sin sorpresas, sin misterios, si no hubiese conocido a Sarah, si no hubiese entrado en su vida como un torbellino revolucionándolo todo.
Y entonces comienza a hablarnos de Sarah. Nos habla de cómo la conoció y de cómo se enamoraron, de su belleza misteriosa, de sus ojos de serpiente de párpados caídos, nos cuenta que es violinista, que fuma mucho, se maquilla mucho, que utiliza a menudo palabras desconocidas, que es irresistiblemente divertida, contradictoria, intensa, extravagante, imprevisible, desconcertante, que le gusta el cine, el teatro, que todo le parece interesante y siempre tiene ganas de aprender, que no tiene paciencia, lo quiere todo y lo quiere ya.
Nunca pensé que algún día llegaría a tocar el cuerpo de una mujer ni que me gustaría tantísimo como para no dejar de pensar en ello, noche y día. Sarah no se me va de la cabeza. Me ronda, desnuda y sublime, hinchándome las venas y humedeciéndome el sexo. Es una revelación, una luz, una epifanía. Después de la primera noche, estar lejos de ella resulta una aberración.

Así trascurre este romance, con Sarah siempre viajando dando conciertos con su cuarteto y nuestra narradora sin nombre siempre contando los minutos que faltan para su regreso, porque la vida sin ella no tiene sentido.
Sarah se marcha una vez más. Me deja conmigo misma en una vida que ya no me interesa. Se marcha una vez más, encantada de volver con sus compañeros, a esa leve sensación de miedo de antes del concierto y las bromas de después. Me deja ahí plantada, de corazón caído. Me deja conmigo misma, con mis obligaciones de madre de familia y de buena profesora. Le importa un pito. Se marcha y la vida vuelve a ser mortalmente triste y aburrida.

Pero llega un momento en el que la relación empieza a resultar agotadora para ambas, por intensa, tumultuosa, sobre todo para la que siempre se queda, que es la que peor lo lleva. Porque la voz cantante de la pareja la lleva siempre Sarah.
No comprende que ya no me quedan fuerzas para esta vida que me ofrece, para esta vida que va demasiado rápido y en la que ella no quiere adentrarse del todo, para su inestabilidad, su incertidumbre, sus abandonos, sus caprichos y su antojos de princesa. La vida y el mundo deben funcionar a su conveniencia, según su todopoderosa voluntad.

Hacía tiempo que tenía este libro por casa y por fin he sentido que era el momento. Calló en mis manos en la biblioteca y su sinopsis, su cubierta, o no sé qué me atrajo, parecía que me gritaba “llévame, llévame”. Y me lo llevé.
En general no me gusta la novela romántica, me refiero a la puramente romántica. Pero cuando me topo con una historia de amor original, distinta, o que por la razón que sea me transmite algo especial, sí la disfruto. “Voy a hablar de Sarah” me ha llegado, me ha tocado y me ha dejado tocada, porque esta historia de amor entre dos mujeres es sobre todo intensa y desbordante. Demasiado intensa, demasiado desbordante.
¿Qué me ha parecido? ¿Me ha gustado?
Esta novelita de reciente publicación (2019) ha sido toda una sorpresa para mí, un verdadero placer de lectura totalmente inesperado. Porque la autora ha creado una novela deliciosa, en la cual la narradora sin nombre nos habla de Sarah utilizando frases cortas y capítulos muy cortos, con una prosa peculiar que me ha gustado mucho, algo poética y preciosa, tanto en la forma como en el contenido. 

Además es de esas novelas que a veces te obligan a parar, a levantar la vista del texto y a tomar aire profundamente para poder seguir adelante con la lectura, que te cortan la respiración por las emociones que te transmiten, por intensas, por desbordantes, aunque las escenas de sexo están contadas con suma delicadeza y sutilidad.


Resumiendo: “Voy a hablar de Sarah” nos habla de eso, de Sarah y también de una obsesión erótica entre dos mujeres, de ese tipo de amor que por intenso puede llegar a resultar también asfixiante, doloroso, explosivo, destructor, ¿quizás tóxico? Es una novela de sensaciones, de sentimientos, de emociones, con un argumento que en sí puede parecer demasiado manido, pero su estilo tan original y su calidad literaria tan exquisita, la convierten en una historia de amor distinta, que al finalizar te hará preguntarte si realmente es posible morir de amor. 

Mi nota, la máxima:



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