No sé si os ha pasado, pero he tenido una de esas crisis lectoras/crisis blogueras, en las que no me apetecía leer, ni reseñar, ni tocar siquiera el ordenador. Todo eso se me ha juntado con mudanza, cambio de trabajo y un montón de cosas que no han hecho más que quitarme el tiempo que tenía, y las ganas de emplear el que me quedaba libre en nada que me obligase a pensar mínimamente. Pero después de unas (siempre cortas) vacaciones, he decidido ponerme manos a la obra, y sacudirme la pereza de encima.
Lo cierto es que, desde que publiqué la última reseña, no es que haya leído mucho, pero como os decía he tardado en salir de ese estado de hibernación. Así que aprovecharé este post para contaros que he leído, aunque las reseñas las iré publicando en los próximos días, y qué estoy leyendo. Pero sobre todo para volver a saludaros de nuevo e ir cogiendo el ritmo poco a poco.
¿Qué he leído?
- Trabajo, piso, pareja, de Zahara
- La casa de los cactus, de Paul Pen
- No soy un monstruo, de Carme Chaparro
- La chica de antes, de J.P Delaney
- Más allá del invierno, de Isabel Allende
- Ready player one, de Ernest Cline
- El misterio de la cripta embrujada, de Eduardo Mendoza
Hace unos días me llegó a casa 'El arte de romperlo todo', de Mónica Vázquez, o lo que es lo mismo Electric Nana. Os dejo la sinopsis:
Esta es la historia de Miranda, pero bueno, para cuando termines de leer, será la historia de tu hermana, de tu mejor amigo, de la chica que te gustaba en la universidad o del hijo que puede que un día tengas. Ésta es la historia de alguien que se atrevió a todo, la lio parda, rio, lloró, se dejó llevar y peleó contracorriente. Es difícil cambiar el rumbo en plena caída, pero nada es imposible. Entre las calles de Madrid y Edimburgo, Mónica Vázquez imagina a la protagonista de esta historia, Miranda, una joven cantante que decide salvarse, que huye a Escocia en un gesto de valentía, que decide volver a empezar haciéndole una peineta en la cara a un futuro preconcebido que se niega a aceptar, un futuro que, si está escrito, quiere tachar de un plumazo.