Revista Cultura y Ocio
Vuelta al año en 52 (o más) cuentos: Isak Dinesen.
Publicado el 24 julio 2015 por Zazou @biblio_zazou
Jornada XIX: Sabores exóticos.
Cuenta Carson McCullers en sus memorias que admiraba tanto a Isak Dinesen que temía un encuentro en persona y sentirse defraudada pero, cuando al final la conoció, en un banquete de la Academia Americana de Artes y Letras, quedó encantada además de sorprendida al saber que ella había solicitado sentarse a su lado. De allí surgió un posterior almuerzo entre ambas y Marilyn Monroe, a quien Dinesen también deseaba conocer, además de su entonces marido Arthur Miller. La escritora danesa habló de su vida, de su época africana y de su antiguo amante Denys Finch-Hatton y, según McCullers, «Marilyn se sentó y escuchó mientras Karen hablaba, y Karen era una raconteur par excellance»1.
Lo era. La baronesa Blixen, Karen Christentze Dinesen de soltera, Tanne o Tanya para sus íntimos, Isak Dinesen para los lectores, era una narradora nata con una fabulosa capacidad de evocación que la llevó no solo a las puertas del premio Nobel, sino al universo de lo mítico.
«Se ponía mucho kohl y abundante brillo en los labios. Su apariencia era más conscientemente artificial de lo que yo esperaba, pero pronto me acostumbré y me quedé con una impresión de absoluta naturalidad y encanto»2, escribió McCullers. Era 1959, entonces tenía setenta y cuatro años y una delgadez extrema, se tocaba con turbantes y se alimentaba de ostras y champán.
«En verdad llevamos máscaras según vamos envejeciendo, las máscaras de nuestra edad, y los jóvenes creen que somos como parecemos, lo cual no es el caso»3, dijo ella.
Hoy se la recuerda sobre todo por sus libros autobiográficos “Lejos de África” y “Sombras en la hierba” o, más bien, por la exitosa película basada en ellos “Memorias de África”4, donde se recrea su vida en su plantación de café en Kenia. Yo me quedo con los libros.
Publicó además poesía, ensayo, novela, cartas y cuentos, recogidos en varios volúmenes. De uno de ellos, “Anécdotas del destino”, llega este relato que también fue llevado al cine5.
EL BANQUETE DE BABETTE. Isak Dinesen.
Quién sabe si el destino juega con nosotros o somos nosotros quienes lanzamos las cartas al destino para que las baraje, pero los caminos que este nos hace seguir nos conduce a veces a lugares sorprendentes. A un pueblecito en los fiordos, por ejemplo; a la casa de dos hermanas solteronas a quienes las oportunidades que dejaron escapar les traen, al cabo de los años, la voz de aquel pasado de la mano de Babette, su cocinera francesa.
No se cuestiona tanto el destino como el convencimiento de los actos y de la fe, no solo la religiosa sino la de uno mismo y la que se pone en los demás, y el miedo a lo desconocido, incluso a ese lado oscuro guardado en un rincón del alma que cuesta reconocer. Todo ello a través de una continua contraposición entre una austeridad algo mojigata y la sensualidad casi concupiscente de la libertad. Atreverse a ser libre, a desarrollarnos por completo, a expresar los sentimientos y la creatividad.
«A través del mundo se propaga un grito largo que brota del corazón del artista: ¡dejad que lo haga lo mejor que me sea posible!».El juego de coincidencias utilizado para hacer florecer la trama no está dejado al azar, sino que se vale de un cuidadoso hilado que se entreteje para crear el tapiz final. Clásico en las formas, con un toque de maravilla en el aderezo pero sin apartarse de un realismo que tiene algo de burlón, se mueve de la comedia al drama y de lo corriente a lo excepcional. Como un estuche de terciopelo con un corazón latiendo dentro que se abre de pronto para verlo sangrar.
Asistid a al banquete, morded un bocado y, luego, con detenimiento, paladead. El sabor en boca es redondo.Notas: 1 y 2 “Iluminación y fulgor nocturno. Autobiografía inacabada”, Carson McCullers. Seix Barral, 2001. Traducción de Ana Mª Moix y Ana Becciu.
3 “Vidas escritas”, Javier Marías. Alfaguara, 1992.
4 “Memorias de África (Out of Africa)”, 1985. Dirigida por Sidney Pollack. Guión de Kurt Luedkte, basado en los textos autobiográficos de Isak Dinesen y los libros de Judith Turman ("Isak Dinesen: The Life of a Story Teller") y Errol Trzebinki("Silence Will Speak"). Con Meryl Streep, Klaus Maria Brandauer y Robert Redford como Karen Blixen, Bror Blixen-Finecke y Denys Finch-Hatton respectivamente.
5 “El festín de Babette”, 1987. Guión y dirección de Gabriel Axel. Con Stèphane Audran, Birgitte Federspiel y Bodil Kjier como Babette y las hermanas Martine y Philippa.
“Anécdotas del destino”. Isak Dinesen. Alfaguara, 1986.
Traducción: Francisco Torres Oliver (“Anecdotes of Destiny”, 1958).
Cuenta Carson McCullers en sus memorias que admiraba tanto a Isak Dinesen que temía un encuentro en persona y sentirse defraudada pero, cuando al final la conoció, en un banquete de la Academia Americana de Artes y Letras, quedó encantada además de sorprendida al saber que ella había solicitado sentarse a su lado. De allí surgió un posterior almuerzo entre ambas y Marilyn Monroe, a quien Dinesen también deseaba conocer, además de su entonces marido Arthur Miller. La escritora danesa habló de su vida, de su época africana y de su antiguo amante Denys Finch-Hatton y, según McCullers, «Marilyn se sentó y escuchó mientras Karen hablaba, y Karen era una raconteur par excellance»1.
Lo era. La baronesa Blixen, Karen Christentze Dinesen de soltera, Tanne o Tanya para sus íntimos, Isak Dinesen para los lectores, era una narradora nata con una fabulosa capacidad de evocación que la llevó no solo a las puertas del premio Nobel, sino al universo de lo mítico.
«Se ponía mucho kohl y abundante brillo en los labios. Su apariencia era más conscientemente artificial de lo que yo esperaba, pero pronto me acostumbré y me quedé con una impresión de absoluta naturalidad y encanto»2, escribió McCullers. Era 1959, entonces tenía setenta y cuatro años y una delgadez extrema, se tocaba con turbantes y se alimentaba de ostras y champán.
«En verdad llevamos máscaras según vamos envejeciendo, las máscaras de nuestra edad, y los jóvenes creen que somos como parecemos, lo cual no es el caso»3, dijo ella.
Hoy se la recuerda sobre todo por sus libros autobiográficos “Lejos de África” y “Sombras en la hierba” o, más bien, por la exitosa película basada en ellos “Memorias de África”4, donde se recrea su vida en su plantación de café en Kenia. Yo me quedo con los libros.
Publicó además poesía, ensayo, novela, cartas y cuentos, recogidos en varios volúmenes. De uno de ellos, “Anécdotas del destino”, llega este relato que también fue llevado al cine5.
EL BANQUETE DE BABETTE. Isak Dinesen.
Quién sabe si el destino juega con nosotros o somos nosotros quienes lanzamos las cartas al destino para que las baraje, pero los caminos que este nos hace seguir nos conduce a veces a lugares sorprendentes. A un pueblecito en los fiordos, por ejemplo; a la casa de dos hermanas solteronas a quienes las oportunidades que dejaron escapar les traen, al cabo de los años, la voz de aquel pasado de la mano de Babette, su cocinera francesa.
No se cuestiona tanto el destino como el convencimiento de los actos y de la fe, no solo la religiosa sino la de uno mismo y la que se pone en los demás, y el miedo a lo desconocido, incluso a ese lado oscuro guardado en un rincón del alma que cuesta reconocer. Todo ello a través de una continua contraposición entre una austeridad algo mojigata y la sensualidad casi concupiscente de la libertad. Atreverse a ser libre, a desarrollarnos por completo, a expresar los sentimientos y la creatividad.
«A través del mundo se propaga un grito largo que brota del corazón del artista: ¡dejad que lo haga lo mejor que me sea posible!».El juego de coincidencias utilizado para hacer florecer la trama no está dejado al azar, sino que se vale de un cuidadoso hilado que se entreteje para crear el tapiz final. Clásico en las formas, con un toque de maravilla en el aderezo pero sin apartarse de un realismo que tiene algo de burlón, se mueve de la comedia al drama y de lo corriente a lo excepcional. Como un estuche de terciopelo con un corazón latiendo dentro que se abre de pronto para verlo sangrar.
Asistid a al banquete, morded un bocado y, luego, con detenimiento, paladead. El sabor en boca es redondo.Notas: 1 y 2 “Iluminación y fulgor nocturno. Autobiografía inacabada”, Carson McCullers. Seix Barral, 2001. Traducción de Ana Mª Moix y Ana Becciu.
3 “Vidas escritas”, Javier Marías. Alfaguara, 1992.
4 “Memorias de África (Out of Africa)”, 1985. Dirigida por Sidney Pollack. Guión de Kurt Luedkte, basado en los textos autobiográficos de Isak Dinesen y los libros de Judith Turman ("Isak Dinesen: The Life of a Story Teller") y Errol Trzebinki("Silence Will Speak"). Con Meryl Streep, Klaus Maria Brandauer y Robert Redford como Karen Blixen, Bror Blixen-Finecke y Denys Finch-Hatton respectivamente.
5 “El festín de Babette”, 1987. Guión y dirección de Gabriel Axel. Con Stèphane Audran, Birgitte Federspiel y Bodil Kjier como Babette y las hermanas Martine y Philippa.
“Anécdotas del destino”. Isak Dinesen. Alfaguara, 1986.
Traducción: Francisco Torres Oliver (“Anecdotes of Destiny”, 1958).