“AM STRANDE VON TANGER”. JAMES SALTER.
El cuento ha de ser una pieza de sabor intenso, pero eso no significa que tenga que llenarte la boca desde el primer momento. Lo importante es el gusto que deja, al final, en el paladar. Cómo va cubriéndote la lengua, desde la punta hacia el fondo de la garganta, y te hace cerrar los ojos mientras intentas detectar cada uno de sus matices.
«Barcelona al amanecer. Los hoteles están a oscuras. Todas las grandes avenidas apuntan al mar.»
Éste ha sido mi primer contacto con James Salter, un autor al que llevaba tiempo queriendo conocer (estoy llena de lagunas y pantanos que, a veces, me ahogan). Un contacto algo desconcertante. En parte, porque el título en alemán me dejó perpleja. Después, por la aparente lentitud anodina con que comienza el relato, sin saber de dónde salían ni hacia dónde iban sus personajes. Me fueron atrapando poco a poco, susurrándome los secretos que los tenían atrapados en sus hilos y los movían hacia un desenlace inevitable. Tres personajes en busca de un destino, amparados por el sol de las playas barcelonesas, atascados en sus propias trampas. La vida a la que aspiran, la que creen tener, la que viven en realidad. Con una sencillez que llega a ser perturbadora, Salter pinta la fragilidad de la ilusión ante la irrupción de lo real.
Este cuento abre el libro:
Anochecer. James Salter.
Muchnik Editores, 2002.
Título original: “Dusk and other stories” (1988)
Traducción: Antoni Puigròs.