Con la vuelta al cole han empezado de nuevo los madrugones, volvemos a tener prisa para todo y las rutinas perdidas y casi olvidadas durante el verano deben volver a retomarse. Esto supondrá tanto en mayores como en los niños un esfuerzo de adaptación importante estos primeros días.
El síndrome postvacacional es un estado de ánimo negativo que se presenta después de las vacaciones, momento en el que debemos volver a nuestras obligaciones, y en el caso de los niños volver al cole.
Según un estudio realizado por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, este síndrome afecta a los niños entre un 5 y un 8%, siendo más propensos aquellos cuyos padres también lo sufren.
Los síntomas que podemos observar en nuestros hijos pueden ser entre otros:
- tristeza,
- apatía,
- decaimiento,
- falta de concentración,
- ansiedad,
- insomnio,
- trastornos digestivos
- irritabilidad,
- ...
La irritabilidad producida por el cansancio, la falta de apetito, las rabietas o las manifestaciones de oposición a ir al cole serán habituales estos primeros días. Los padres debemos actuar con mano izquierda ya que este malestar suele durar aproximadamente una semana, tiempo que tarda nuestro organismo a adaptarse a las nuevas rutinas.
Como ya he apuntado en otros artículos sobre la vuelta al cole, la paciencia y la tolerancia es fundamental para que estos primeros días sean menos difíciles para todos. Pensemos que han estado mucho tiempo con nosotros, realizando actividades que les gustan, sin la necesidad de seguir rutinas estrictas, divirtiéndose y ahora todo cambia de forma repentina. Se trata de un cambio de rutinas y de responsabilidades. Por ello siempre solemos recomendar empezar unos días antes volviendo a instaurar el hábito de acostarse pronto y levantarse temprano, así vamos ajustando los ritmos y las funciones de nuestro cuerpo y prevenimos las alteraciones que puede causar éste síndrome, y evitamos que los primeros días de cole vayan muy cansados y con mucho sueño.
Con nuestra ayuda y con la de sus maestros o educadores nuestros hijos irán reajustándose y adaptándose a la nueva situación escolar en pocos días. En caso de observar que estos síntomas perduran más allá de dos o tres semanas es recomendable hablar con el pediatra y el psicólogo del centro escolar.