UNA VEZ TERMINADO EL JUEGO EL REY Y EL PEÓN VUELVEN A LA MISMA CAJA. Proverbio italiano
Me imagino que el mundo actual podrá ser más agradable si nosotros, con nuestras actitudes y nuestros actos, no lo hubiéramos estropeado. Estamos haciendo un planeta defectuoso, entre otras cosas, porque habitamos en él como si fuéramos espectadores que no forman parte de la obra. Espectadores que dirigen la mirada hacia aquellos lugares en los que la belleza no existe; bien porque nuestra capacidad de asombro se perdió por lo cotidiano o porque ojeamos la realidad sin la capacidad de admiración ante los hechos que nos rodean.
Nuestra retina contempla rebaños de personas, enjambres de antenas colectivas o esqueletos de edificios, por ejemplo, pero en pocas ocasiones descubre al individuo tomado de uno en uno. Los medios de comunicación se dirigen a las masas, lo mismo que los políticos o los jefes en las empresas. Es más fácil realizar un lenguaje único para todos o sumar y restar cantidades grandes que sumar de uno en uno. El resultado es que surgen los libros de “Cómo ser feliz”, “Construya su autoestima”, etc, o triunfan las bitácoras de introspección personal. Por contra, se nos oculta el pensar que formamos parte de un mosaico en el cual cada individuo tiene su sitio en el peldaño más alto de la escala zoológica. Y que precisamente por eso tenemos que andar por el mundo sabiendo que son más importantes algunos valores que la propiedad de las cosas.
En esta sociedad, que tanto evoluciona para los avances técnicos y de masas, hay un retroceso evidente en cuanto a las libertades individuales y respeto a la persona como ser único. En este aspecto, la sociedad adultera el uso de la inteligencia dirigiendo su saber casi exclusivamente a generar bienes materiales. Y es que es relativamante fácil encontrar proyectos empresariales, económicos o financieros pero, por contra, se hace extraño que alguien pueda expresar abiertamente la posesión de un proyecto de vida meditado y razonado. Si no somos capaces de elaborarlo….¿cómo vamos a dar respuesta a los desafíos que tiene la vida o los imponderables que nos encontremos?
Nos creemos dueños de muchas cosas pero obviamos que la vida nos posee a nosotros. Ella es la que nos abandona cuando el cuerpo se vuelve quebradizo. Por eso debemos vivir todo lo que podamos y con la mayor intensidad posible; porque somos como bolígrafos que dan fé de su paso y garabatean en cada uno de nosotros un libro distinto en el que se suceden oportunidades de descubrir la belleza que nos rodea.