Revista Cultura y Ocio
Hace días publiqué la reseña de Kryptonita, diciendo que, claramente, iba directo a mis favoritos de este año. Y poco después de haberlo terminado fui a ver la película... primer horario el día del estreno. Así de emocionada estaba.
No soy quién para hablar de cine; tampoco para hablar de libros, si vamos al caso, pero al menos puedo hablar desde la experiencia de lectura. Con las películas nada que ver: no estudio Cine, no puedo criticar nada de la producción, postproducción, fotografía y mil etcéteras... pero sí puedo hablar de las adaptaciones, ya que tienen que ver con los libros. Y debajo del "leer más" esperen sólo cosas lindas de una de las mejores adaptaciones que vi al día de hoy.
Póster | Tráiler | Live action criollo(AKA cómo casi me largo a llorar al salir del cine)
Así como no puedo hablar de todas esas cosas, tampoco podría hablar de actuación: no tengo idea de qué es actuar, más allá de hacer como que sé de lo que estoy hablando al dar un parcial. Muchas veces mis actores favoritos tienen que ver con lo lindos que son (una minoría, pero todos tenemos algunos...), así que no puedo hablar.
Pero sí quiero destacar a dos personas del elenco (aunque todos hicieron un trabajo de la puta madre dándoles vida a esos personajes tan bizarros que pudimos ver en el libro), y son Lady Di (Lautaro Delgado) y El Faisán (Nico Vásquez). Si voy al por qué es medio gracioso: fueron mis dos personajes favoritos de la novela, y sobrepasaron mis expectativas en la pantalla grande.
Acá El Faisán tiene un perfil que no tiene en el libro, en el cual es un principal porque tiene que serlo, no porque lo sea. No sé si se entiende... digamos que es principal porque pertenece a la banda de Nafta Súper, pero se queda siempre en un segundo plano y no tiene demasiadas escenas demasiado importantes.
Acá, sin embargo, Nico Vásquez le dio una vuelta de tuerca que me fascinó. Ahora tiene una función, un papel que es por demás obvio que importa, que necesita la historia para ganar dinámica. La forma de personificarlo hace que tenga una personalidad muy diferente (pero sin alejarse de ella, si es que eso tiene sentido) de la del libro: más real, más humana. Deja de ser un personaje y pasa a ser persona.
La voz de El Faisán (y las de todos, para ser sincera) se diferencian terriblemente unas de otras, como comenté en la reseña del libro. No son personajes estereotipados de "villeros", como muchos otros, sino que son personas que tienen una realidad en ese momento en el que sucede la acción y una mucho más jugosa en el pasado. Y Nico Vásquez fue el único que, desde mi perspectiva, se animó a darle una jerga bien "villera" a su personaje, algo que podría haberle destruido el personaje por completo, pero que lo único que hizo es darle una fuerza increíble. Y ni hablemos de las escenas en las que no tiene acción, por así decirlo: esas últimas frases (que también son unas de las últimas del libro) te parten el corazón, pero te dan fuerza. Visibilizan. Atrapan.
Lady Di lo que tiene es una sensibilidad absoluta, la cual pudimos sentir en el libro... pero verla representada por alguien tan talentoso como Lautaro Delgado hizo que las piernas se me hicieran gelatina. Esa personalidad que tiene está multiplicada por mil, y tiene momentos pico a lo largo de la película que te hacen querer pausar la pantalla del cine y tomarte un par de minutos para respirar.
Ver a Lady Di llorar por Pinino (Nafta Súper) y que tenga la foto del Monchi consigo como si fuera hijo suyo son dos momentos que están juntos en la cronología, pero que son totalmente aislables uno de otro por más conexión que tengan. Primero, la expresividad de los ojos de Delgado traspasan la pantalla (y puede o puede que no haya derramado un par de lágrimas en ese momento a escondidas de mi amiga, que me había acompañado a ver la peli), y segundo ese toque sensible que tuvo el actor para construir a alguien como ella. Una mujer trans que es algo así como la madre del grupo, que es la sensible, que por más que los otros, quizás, tengan más fuerza u otras herramientas, ella es la que aguanta el peso en la espalda de muchas cosas que los otros jamás podrían saber.
Festejo muchas cosas de la película, y creo que hay muchos planos (esto lo sé de Audiovisual I nomás, no me maten) que son maravillosos. No puedo especificar cuáles sin spoilerales lo que está pasando en esa escena, así que me lo guardo para mí. Pero cuando vayan a verla presten atención a esto y piensen en mí, diciéndoles al oído "mirá, ahí es cuando aparece ----" o "pará, pará, eso no fue lo mejor..." (porque lo hice con mi amiga, y ahora no sé si va a volver a acompañarme al cine).
La onda cómic de toda la película, los colores, los fucking flashbacks que en el libro son monólogos de los personajes y que en una entrevista a Nicanor Loreti, el director, me aseguró que se iban a incluir... qué decirles. Nunca hubiera pensado que se podían incluir de esa forma, pero ahora que pude verlos no hubiera encontrado algo que pegara más con la onda de la película.
Para finalizar, voy a decir que estoy muy sorprendida de que el guión no haya sido adaptado por el mismo Oyola, el autor del libro. No sólo muchos de los diálogos son tal cual (duh), sino que la esencia, el sentimiento que demuestra el libro en esas escenas es el mismo que podemos ver en la película. Y he leído por ahí que no pretende ser una historia "social", que no pretende denunciar... y aún así, sin quererlo, sin buscarlo y con mucho humor y sarcasmo, termina siendo un retrato de aquello que se esconde y de lo que nadie habla. O de lo que todos hablan en épocas de ir a poner la boletita a la urna, pero que después no existe más.
Si no los convencí con todo lo de arriba, se los digo directamente. Vayan a ver Kryptonita. Vayan a disfrutar de una película bien argenta que tiene de todo para que la amen. No he visto una sola crítica negativa a esta película que llegó del cielo, y eso quiere decir algo: no se la pierdan, no dejen pasar la oportunidad. Andá, divertite, cagate de risa. Y si sos medio protagonista de novela mexicana como yo, derramá un par de lagrimitas, también.