Parece que todo se mueve, pero solo es la superficie, no el fondo. Lo básico es convencer a decenas de miles de jóvenes que la secesión no es democrática, no es progresista, no es revolucionaria. Convencer implica razonar, hablar, no dar por buenas las consignas y clichés, la política a desarrollar debe contener lo básico, convencer de que España no solo son esos individuos y tópicos que los indepes manejan, también somos usted y yo, y centenares de miles de ciudadanos progresistas actuales, y la clase obrera catalana, que no se ve por ninguna movilización indepe. Miren la huelga general, como de costumbre movilizaciones indepes en las calles son mayoritariamente de jovencitos y funcionarios, pocos obreros industriales en uno de los territorios mas industrializados de Europa.
Convencer de que los españoles no solo fueron Franco y Mola, también Azaña y Giner de los Rios, Tunón de Lara, y los ilustrados y los republicanos del XIX y del XX, y la Institución Libre de Enseñanza, y el enorme movimiento anarquista y los socialistas y comunistas y los luchadores antifranquistas y los demócratas de antaño y los actuales y que jóvenes no solo hay en las calles de Cataluña, también están en las universidades y en el paro y trabajando y otros muchos jóvenes que están por el mundo, o por Badajoz o Zamora.
Me
resulta insoportable considerar progresistas,
el odio, la xenofobia y la fragmentación social que provoca el nacionalismo,
fragmentación que luego une en un todo revuelto en torno a la
identidad nacional. ¿Alguien progresista se imagina que los multimillonarios
jugadores del Barça compartan intereses con los parados y precarizados? Me resultan
imposibles de aceptar los argumentos que utilizan los independentistas para
movilizar y conseguir sus fines, ‘España nos roba; Catalunya es una
colonia española; el déficit fiscal de 16.000 millones año; la lengua catalana
está reprimida, etc.etc.’.
Por
muchas manifestaciones de 900.000 personas que se produzcan, la racionalidad
debería primar en muchos sectores e individuos, pero sobre todo en los partidos
políticos. Sin duda son muchísima gente, 600 o 700 mil, tanto da, bajo las
banderas y consignas de independencia, y uno se pregunta por qué tantos
analistas/críticos/militantes izquierdistas ahora olvidan los matices que
antaño eran señalados en casos similares: grandiosas movilizaciones montadas
por el aparato de estado y sus aledaños, organizadas por el poder nacional,
político ideológico y económico, catalán y en apoyo de sus objetivos; como si
de batallas se tratara, contaron con apoyo logístico de autobuses, trenes,
prensa, radios y televisión, policías, funcionarios… en nada son comparables a
las movilizaciones obreras o sociales que se realizan contra los poderes, con
la poli incordiando, sin medios de publicidad ni propaganda, sin
cobertura de transportes, con impedimentos de todo tipo, multas…
La
secesión es un problema que genera incertidumbre a mucha gente, de las
izquierdas también, no solo respecto al futuro, genera dudas sobre cómo
abordarlo y posicionarse en el presente, ¿cómo interpretarlo? ¿Es progresista
apoyar la secesión, es de izquierdas? Muchas posturas mezcladas pueden encontrarse,
tantas como izquierdas existen que son casi tantas como izquierdistas; desde
luego abordarlo hoy resulta complicado al encontrarse con movilizaciones
masivas ampliamente transversales, resulta bastante más difícil si durante años
no se dijo nada en torno al nacionalismo. Si durante años no se abordó como
gran problema la
cuestión del patriotismo democrático,-ni la derecha ni la izquierda hicieron esfuerzos por
conseguir de forma inclusiva símbolos e historia de España amplísimamente
comunes-, como pretender hoy que se defiendan valores de igualdad, solidaridad,
justicia, libertad, democracia, con mayor ilusión que un revuelto mágico de
consignas.
La
cuestión principal a debatir hoy no debería ser votar un referéndum, sino todas
las preguntas previas que no se respondieron ¿para cuándo un urgente y
ambicioso plan de empleo? ¿Justicia acelerada para los corruptos, cárcel
y devolución? ¿Y las listas electorales desbloqueadas? ¿Las balanzas fiscales
en un estado federal como el español deben ser solidarias? ¿Saben ustedes que
España es un estado federal desde hace muchos años, a enorme distancia del que
ha ofrecido Cameron en el Reino Unido tras el referéndum de Escocia? Muchos defienden el derecho a decidir como
la verdad suprema de la democracia, llama la atención que se sitúen en este
terreno y no en los citados antes, en todo caso si hablamos de democracia,
tendremos que aceptar, según su versión, que en el Planeta Tierra no hay
demócratas, salvo en el Reino Unido y en Canadá, ya que en ninguna otra parte
existe ese derecho a decidir una secesión.
¿Por
qué no hay manifestaciones para exigir una urgentísima reforma fiscal con el
objetivo de lograr recaudar mayores impuestos de ricos y corporaciones? Justo
en dirección opuesta a la que pretenden fabricar los nacionalistas, basada en
el principio de los impuestos para quien los paga. Este
principio se puede ver formulado de diferentes maneras en sus declaraciones y
textos teóricos sobre la secesión; por supuesto lo consideran refrendado por
las masivas movilizaciones en las que el objetivo independentista se comió todo
lo demás.
Resulta
que el derecho de secesión no existe en ninguna de las constituciones que se
conocen, salvo en la antigua constitución de la URSS, que como todos saben no
permitía ejercitarlo de ninguna de las maneras, -así cuando se rompe, se
producen en cascada la independencia de múltiples repúblicas soviéticas.- El
derecho a la autodeterminación está aceptado internacionalmente, en cuanto a su
utilización para colonias; ¿acaso los defensores del derecho a decidir
defienden el argumento soberanista de que Cataluña es colonia y España
metrópoli?, pues así parece ya que esta es una de las líneas argumentales de la
separación, lo cual nos enfrenta en conflicto con los izquierdistas que lo
apoyan y justifican. ¿Cataluña una colonia de España? una de las regiones más
ricas del mundo y con mayor nivel de derechos políticos y económicos, gobernada
en todos los rincones de los distintos poderes solo por élites catalanas,
quieren asemejarse social e históricamente a los negros de EEUU. Esto es el
mundo al revés.
Posicionarse
a favor del derecho a decidir es muy sencillo, solo hay que dejarse llevar por
la corriente, supone poco desgaste porque el mundo democrático al completo lo
defiende. De hecho la ciudadanía cátalo-española decide en múltiples formatos y
votaciones desde hace muchos años. Pero la cuestión deja de ser tan simple
cuando se manipula y convierte en campaña por la independencia. Reclamar el
derecho a decidir, en este caso concreto, significa reclamar el derecho de
secesión, todavía hay ingenuos que creen que estén pidiendo una consulta no
vinculante para saber cuánta gente quiere la independencia. Por favor, seamos
serios, un estado nuevo se puso en marcha hace años, se está montando en
paralelo a la Generalitat y en parte subsumido en ella, se está actuando
políticamente en la dirección de proclamar la independencia y la consigna
sobre queremos votar, pedimos un referéndum o queremos derecho a
decidir son solamente elementos tácticos de agitación para la
declaración de independencia, que posiblemente se proclame unilateralmente. -Lo
que ocurra después es una incógnita-
Si
solamente quisieran conocer cuanta gente opina a favor o en contra, hay
múltiples formas de saberlo, encuestas, votaciones, etc. sin necesidad de
montar un estado paralelo. Hay mucha gente preparada y con experiencia política
que pretende conducir el debate sobre un derecho al voto democrático que se niega
a la población, olvidando todo lo demás ¿Por qué lo hacen? porque están a favor
de la corriente movilizadora de la independencia, porque es una batalla más
para enfrentarse al PP, e históricamente a la derecha española, porque evitan
quedarse desplazados de las movilizaciones, porque pretenden entrar en
el movimiento para así poder pescar e influir en el futuro, por evitar
sentir el rechazo de colegas, no quieren sentirse señalados por amigos y
vecinos que les dirán que no están donde están las masas, etc. etc.
Al margen de los por qué, el hecho es que consiguen fortalecer
las posturas nacionalistas, sus objetivos y argumentos, lo cual incluye
posicionarse a favor del España nos roba o españoles vagos –¡extremeños,
castellanos, gallegos y andaluces robando a los catalanes!- es cerrar los ojos
ante la otra mitad de cataloespañoles que no están en las calles, pero existen.
Lo que está sobre la mesa con el
soberanismo, es el derecho a la secesión. La disputa sobre si el nacionalismo y
la defensa del independentismo es progresista o no. Lo que debería estar sobre
la mesa es si con la secesión se mejoran las condiciones de vida y trabajo, si
crea empleos, y se aumentan las libertades civiles, si el mercado de trabajo
variará y serán los trabajadores quienes ganarán capacidad de decidir, etc.
etc. lo que debería estar sobre la mesa, es si la secesión supondrá mayores
impuestos para los ricos, mayor lucha contra el fraude fiscal y contra la
evasión. Unos izquierdistas apoyan una opción y otros la contraria, ambos
cargan las tintas en unos aspectos olvidando un poco los otros que consideran
secundarios ante lo que sitúan en primer plano.
El 29 de septiembre de 2014 escribí en este mismo blog lo anterior