Pedro Sánchez desconoce Portugal pese a su reciente viaje allí, donde este domingo, día 24, se eligió como presidente de la República al conservador Marcelo Rebelo de Sousa en oposición al gobierno socialista que llegó al poder el 26 de noviembre.
Nueva paradoja ocurrida después de derribar con un voto de censura, tras once días de mandato, al gobierno conservador de Pedro Passos Coelho, ganador de las elecciones del pasado octubre sin mayoría absoluta, como Mariano Rajoy en diciembre.
Tras entrevistarse el pasado día 7 con el primer ministro, António Costa, Pedro Sánchez regresó a Madrid proponiendo formar un gobierno español como el socialista portugués, con apoyos eventuales de la izquierda radical.
Pero los casos de ambos países son diferentes: al contrario que España, Portugal ha sido plenamente rescatado por la UE, como Grecia, con inmensas pérdidas sociales y de servicios. Y su situación económica es mucho más precaria.
Costa, perdedor de las elecciones como él en España, formó un gobierno solamente socialista, sin ministros de la izquierda radical que lo apoya…sólo a veces: para aprobar el próximo presupuesto lo abandonaron y necesitó la ayuda conservadora.
Además, Portugal no sufre un problema que acosa a la esencia misma de España: los separatismos regionales y sus partidos.
Pedro Sánchez no calculó que dos semanas y media después de su gira lisboeta los portugueses elegirían como presidente de la República al conservador Rebelo de Sousa.
Tampoco que imaginó debería hacerle concesiones a los independentistas, como acordó en el Senado, y a Podemos, que al contrario del Podemos portugués –Bloco-- le chantajea imponiéndole un gobierno con podemitas en el que hasta la seguridad nacional estará bajo su control.
Con Sánchez de primer ministro los antisistema pagados por Venezuela e Irán controlarán nuestra seguridad y espionaje.
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SALAS