Por fin una buena noticia para comenzar la semana. Harto de ser el mensajero de los malos recados matinales, hoy me alegra comunicarles estimados lectores que esos famosos brotes verdes, esa luz al final de túnel, ese cambio de tendencia ya se ha dado y por fin puedo decirles…que la banca vuelve a tener beneficios.
¿Qué bien verdad? Que un sector que tan mal lo ha pasado con esto de la crisis vuelva a resurgir de las cenizas como el ave fénix para reinventarse y nuevamente ver como aquellas noticias tan malas que leíamos en la prensa y que abrían la mayoría de los informativos en televisión van a cambiar del “El Banco tal obtiene un 15% menos de beneficios respecto al año anterior” a “El banco cual crece y gana un 130% más en términos interanuales”.
Aunque analizando bien la situación, eso de que vuelven a obtener beneficios quizá deberíamos verlo como que vuelven a obtener beneficios similares a los que percibían antes de que comenzara la crisis, porque aunque la mala situación económica nos haya afectado a todos, precisamente a este sector lo que le ha generado no han sido pérdidas, sino merma en sus beneficios.
Para que se entienda mejor imagínese usted que es un alto ejecutivo, o un diputado, o parlamentario, o senador y le dan diariamente en concepto de dietas unos 100 euros para que almuerce en un restaurante como el que frecuentamos el resto de ciudadanos y donde el cubierto le vale 70 euros. A causa de la crisis, sus dietas se ven reducidas a 80 euros al día y sigue yendo al mismo restaurante con lo cual, tiene menos beneficios ya que sigue quedándose 10 euros de lo que le ha sobrado. Tendría pérdidas si le hubiesen bajado las dietas a 60 euros y sigue comiendo en el mismo lugar, porque seguro que cambiar de sitio no iba a cambiar.
Pues eso es lo que ha ocurrido con este sector que ahora ve como vuelve a crecer en torno a 7.234 millones de euros. Y que yo recuerde, si tan mal lo ha pasado el sector financiero, como nos han querido hacer ver los que los respaldan, esto ha sido provocado por su propia codicia al dar hipotecas o préstamos a todo el mundo sin importar qué hacía, si tenía o no respaldo y con la sonrisa del que encima te está haciendo un favor.
Pero como hay que ser positivos y como les comentaba al comienzo de este editorial, me alegra saber que aún hay buenas noticias y estas son favorables a los que tan mal lo han pasado. Ya no veremos a ningún consejero de una entidad financiera pidiendo en la esquina del congreso un rescate multimillonario o dejando que le invite a comer el ministro de turno porque no tiene un beneficio óptimo. Se acercan buenos tiempos, pero sólo para los que manejan el dinero…
Esta es la crónica habitual de un día como otro cualquiera…