En el siglo XVI, en las Epistolæ Obscurorum Virorum (Cartas de los hombres oscuros), se satirizaba a los dominicos por su intención de quemar los libros judíos por no ser cristianos. De aquí viene lo que se llamó oscurantismo, término que en el siglo XVIII los filósofos de la Ilustración utilizaron para referirse a los enemigos conservadores. Fueron los tiempos en que no se podía cuestionar los dogmas religiosos, no era posible tener posiciones que podrían contradecir los preceptos bíblicos. Fue un tiempo de mucha ignorancia y de gran poder eclesial, negación del libre pensamiento y cuestionamiento a cualquier avance científico.
En este nuevo tiempo, un oleada de oscurantismo parece recorrer pasillos del congreso peruano y materializarse en leyes absurdas, normas que, en lugar de ampliar los derechos de la ciudadanía, los restringe. Ejemplos de ello son la ley que otorga derechos absolutos al concebido, colocándolos por encima de los derechos de las mujeres, incluso cuando está en riesgo la vida de las mujeres, el intento de colocar el aborto en la ley contra el crimen organizado y la decisión que tomó el congreso hace unos días, en que una mayoría de congresistas se negaron a que la identidad de género y la orientación sexual sea considerada una agravante en las penas referidas a los delitos de discriminación, propuesta que fue presentada por el congresista Carlos Bruce en el 2011.
Salvo unas cuantas argumentaciones dignas, de unos pocos y pocas congresistas, encontramos por un lado el silencio cómplice de algunos otros y otras, incluso de aquellos que prometieron que defenderían los derechos de todos los ciudadanos y ciudadanas, y, por otro disertaciones absurdas, como la del congresista evangélico fujimorista Julio Rosas, la cual sin duda ocupará un privilegiado lugar cuando se analicen los discursos banales y las posiciones retrógradas, conservadoras y sobre todo ignorantes en el Congreso del país. “La defensa de los derechos humanos no se da en base a la atracción sexual; mañana, más tarde, otro tiene un gusto, una atracción por la droga, por comer otra cosa. No podemos rebajar… hay que respetar los derechos pero no estar incorporando algunas categorías que tergiversan nuestro ordenamiento jurídico”, dijo como si supiera de lo que hablaba. Apoyado por el congresista Mulder, quién parece desconocer que los convenios internacionales ratificados por el Estado peruano son de cumplimiento obligatorio para los países que los ratifican. En respuesta a Carlos Bruce, que habío hecho referencia a una declaración de Ban Ki Moon, Secretario General de la ONU, que afirmaba que los derechos humanos de la población LGTB son parte de la agenda internacional de derechos humanos, Mulder dijo: “¿Qué tiene que ver en esto, presidente, que Naciones Unidas diga o no diga esto respecto a la legislación interna de los países? Es completamente irrelevante. Naciones Unidas no dicta las normas de los países. Es completamente distinto.” Su argumentación fue agradecida por el congresista Rosas, que mandó a freír espárragos al presidente de la ONU, diciendo: “Aprecio mucho lo que dice mi colega. Me está dando la razón. Por lo tanto, no debemos estar basándonos en lo que dijo Ban Ki Moon, presidente”(1). Con ese tipo de argumentaciones, podemos ir dándonos por enteradas de que hay parlamentarios que no están dispuestos a reconocer los derechos de todos y todas en todas las circunstancias, posición que posiblemente sea compartida por los grupos o partidos que los respaldan. Por ello, se explica sin duda que los sucesivos gobiernos se hayan negado a ratificar tratados que garantizan a nivel internacional los derechos de la comunidad LGTB, como lo viene denunciando permanentemente el MHOL.
El desconocimiento del parlamentario Rosas lo llevó a negar que hubiera alguna resolución de la ONU respecto a la discriminación por orientación sexual, diciendo que lo que la declaración de Ban Ki Moon era a título personal. Sorprende la seguridad con que se habla falsedades en el principal recinto de deliberación del país, pues ya en el 2011 Naciones Unidas emitió por primera vez una condena a la discriminación hacia los gays, lesbianas y personas transgénero, aprobando una resolución planteada por Sudáfrica. Eileen Chamberlain Donahoe, embajadora estadounidense, en aquella ocasión dijo: “Ustedes acaban de presenciar un momento histórico en el Consejo de Derechos Humanos y dentro del sistema de la ONU con una declaración que protege los derechos humanos de lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero” (2). Para más detalle, cabría también informarles a los congresistas que avalaron lo que el señor Rosas afirmaba que, en mayo del presente año, en el Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia, el Secretario General de las Naciones Unidas y la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Navi Pillay, declararon lo siguiente: “Las Naciones Unidas tienen un mensaje sencillo para las millones de personas LGBT alrededor del mundo: ¡No están solos! … Todas las Naciones están obligadas por el derecho internacional de los derechos humanos a proteger a todas las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero de la tortura, discriminación y violencia” (3).
“No están solos y solas” es el la frase de aliento para los millones de personas que no tienen los mismos derechos, que son discriminadas, y hasta asesinadas por el hecho de ser diferentes, de amar diferente, por romper la heteronormatividad establecida, como le sucedió hace unos años en Argentina a Natalia Gaitán, que fue asesinada a quemarropa por el padrastro de su novia, porque no quería la relación, porque no aceptaba su lesbianismo y su irreverencia de mostrarse tal como era y amar y ser amada. En Chile también, Daniel Zamudio, un joven de 24 años, fue torturado por una patota de neonazis durante seis horas hasta matarlo . Pero no nos vayamos tan lejos, porque aquí en el país también se dan también crímenes de odio.
Crímenes de odio se llaman porque, motivados por la rabia, por la no aceptación del otro o de la otra, por no reconocer la calidad humana de quienes rompen el molde y ponen en jaque lo normado, establecido, bendecido, terminan con su muerte a sangre fría y en muchas ocasiones con perversidad y crueldad infinita. Ahorcamientos, estrangulamientos, torturas, tratos crueles, inhumanos o degradantes son algunos de los hallazgos en los crímenes a LGTB de los que tenemos noticias y de los que da cuenta el Informe Anual Sobre Derechos Humanos de Personas Trans, Lesbianas, Gays y Bisexuales en el Perú 2012 (4). Siete personas fueron asesinadas en el 2012, catorce lo fueron en el 2011 y aunque aún no se sabe cuántos crímenes de odio se han cometido este año, sí sabemos que a sólo un par de días de que el Congreso rechace la ley para agravar los crímenes contra la comunidad LGTB, fue asesinado Germán Alex Quiroga, conocido como el “Estilista de las estrellas”, encontrado amordazado, atado de pies y manos y con marcas de golpes. Posiblemente se hablará de crímenes pasionales o de celos o que fue producto de un robo sin realizar un mayor análisis de los hechos y las implicancias que suele tener la orientación sexual en la alevosía y crueldad que se presenta. Es interesante mencionar que la mayor parte de crímenes con estos niveles de crueldad se dan contra personas que evidentemente muestran sus diferencias, que las asumen públicamente y que confrontan, que traspasan barreras y se muestran cómo son. En ellas se focalizan los ataques, porque si a una “no se le nota”, como probablemente ocurre con muchos actores políticos que votan en contra de leyes que protejan a la comunidad LGTB, pasa piola, aunque viviendo en la clandestinidad, dejando de ser, de expresar su afecto, como si se hubiera cometido un delito.
Y como si no fuera poco lo que ha pasado en los últimos tiempos, también tenemos que se ha empezado el “Empadronamiento de Población y Vivienda Lima y Callao 2013” y que para ello se ha establecido una directiva que “no considera pareja” a las personas del mismo sexo que viven juntas (5). Es decir ,si se llega a una casa y hay una pareja del mismo sexo, que comparte la casa, que cocina junta, que hace las compras juntas, que duerme en la misma cama, que pagan las cuentas juntas, por obra y gracia de la redada oscurantista que sigue impregnando las instituciones, esa pareja no existe, esa realidad no existe. Esto tiene graves implicancias para un gran número de ciudadanos y ciudadanas en el país que seguirán invisibiles en las estadísticas, sin que sus experiencias, formas de vida, expectativas problemáticas específicas sean tomadas en cuentas en políticas públicas que deberían darse para responder a las demandas, los intereses y las necesidades de todos los ciudadanos y ciudadanas. De eso se trata la democracia, de eso se trata el desarrollo, de dignidad y felicidad, pero parece que en el Perú, cada vez nos alejamos más de estos ideales, mientras un manto oscurantista sigue ganando terreno, recortando derechos, intentando imponernos sus creencias y dogmas. ¿Lo permitiremos?
Por Rosa Montalvo Reinoso
Notas
(1) Ver videos en Ginno Melgar, “Triunfó la intolerancia”, La Mula, 4 de julio del 2013. http://redaccion.lamula.pe/2013/07/04/triunfo-la-intolerancia/ginnopaulm...
(2) “Primera condena de la ONU a la discriminación contra gays”, La Voz, 18 de junio del 2011.
http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/primera-condena-onu-discriminacion-contra-gays
(3) “Comunicado de prensa: Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia”, Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, 17 de mayo del 2013. http://www.oacnudh.org/?p=2308
(4) Informe Anual Sobre Derechos Humanos de Personas Trans, Lesbianas, Gays y Bisexuales en el Perú 2012: Sin igualdad, no hay Justicia, Promsex, Red Peruana TLGB, Mayo del 2013. http://promsex.org/docs/Publicaciones/informetlgb2012.pdf
(5) “Parejas del mismo sexo no serán censadas”, Diario 16, 9 de julio del 2013. http://diario16.pe/noticia/32307-parejas-mismo-sexo-no-seran-censadas
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