Vuelve la conspiranoia. ¡Qué país!

¡Qué país! ¿Hasta dónde piensa llegar este gobierno? El nuevo Fiscal del Estado –perdón, quería decir: fiscal del PP—, ha empezado su andadura. Y naturalmente lo hace atendiendo a quien le ha nombrado.

Desgraciadamente, en este país, ningún fiscal del Estado, ninguno, ha tenido independencia, sea cual fuera el partido gobernante. Lo que invalida que el fiscal del Estado sea nombrado por el gobierno de turno, pues responde a la voz de su amo.

Y es que el Partido Popular empieza a pagar las deudas que tiene con quienes le han ayudado a llegar al poder.

Ya lo ha hecho con la Iglesia Católica, que será seguramente la única organización que no tendrá recortes en sus subvenciones –y eso que es la que más recibe, con diferencia—, y con los empresarios con la desgraciada reforma laboral.

Ahora el Fiscal del Estado, Eduardo Torres Dulce, en nombre del gobierno, tiene que pagar la factura de otro grupo que les ha ayudado a auparse al poder. Me refiero a la extrema derecha mediática. Porque el Fiscal actúa por una información que sale a la luz en Libertad Digital y reabre el bulo del 11-M. Ese medio ultraderechista que dirige el ínclito Jiménez Losantos ha sido, junto al “gran Pedro J.”, quien ha estado manteniendo encendida la vela de las dudas, de las injurias y de las miserias de la desgracia del 11-M.

Pues sí, ahora resulta que un trozo de vagón, que ha estado almacenado durante casi ocho años. después de haberse celebrado uno de los juicios más ejemplares de la democracia, puede presentar indicios de una explosión de origen desconocida. ¡Hay que joderse!

Un fiscal que se mueve a golpe de un medio de extrema derecha y una acusación que había sido enterrada y bien enterrada, cobra vida por mor del pago que el PP debe realizar a sus aliados. Y a esto le llaman Estado de Derecho.

Empieza bien el fiscal. Francamente no tenía ninguna esperanza, pero no deja de ser una sorpresa que la primera actuación sea esta. Podría haber puesto en duda la labor de la violencia policial en Valenica. Podía haber implicado a la infanta Cristina en el caso “Urdangarín”, visto que es dueña de la mitad de la empresa Azoon, el coladero donde ha desaparecido el dinero de la trama (al menos, haber hecho que la llamaran como testigo).

Pues no, ahora lo importante es dar aliento al TDT-party, a los medios que todavía no han asimilado que aquello fue un atentado salvaje perpetrado por asesinos fanáticos musulmanes.

Esto es lo que hay. Cada vez, estamos más cerca del NODO, estamos retrocediendo a marchas forzadas. Eso sí, los inspectores de Hacienda que investigaban y llevaban el caso Gürtel, han sido destituidos. Y es que, el todo-vale se ha instalado en España. Se ha acabado la democracia (que ya estaba bastante depauperada) ahora hemos entrado en el periodo de la pepecracia: El “gobierno” de una mayoría absoluta, la mayoría pepera.

Salud y República