El Mundo al revés.
Por Luis García Miró Elguera. (Diario Expreso).
¿VUELVE “LA GRAN TRANSFORMACIÓN”?
Qué cómodo –a la vez insultante– es usar al Perú de probeta para experimentar caprichos y/o desfogar fobias. Sobre todo si lo hace un ciudadano con doble nacionalidad e hijo de padre famoso; un mozo que visita en forma ocasional el Perú trasladándose cómodamente desde algún país del extranjero donde radica. Esto raya en inmoralidad. Porque no es ético pontificar con ínfulas de experto, cuando quien lo hace es un bisoño en los asuntos sobre los que pretende dar lecciones. Y más lamentable si actúa así porque se lo permite el hecho de llevar el apellido de un ilustre progenitor, quien dicho sea de paso intentó incursionar –sin éxito– en el terreno sobre el cual ahora el hijo empírico da lecciones: la política.
Se debe reconocer el caudal de honorabilidad de Mario Vargas Llosa, exitoso novelista de la lengua española cuya distinción con el premio Nobel honra al Perú. Se le debe escuchar cuando opina sobre el comportamiento moral de la gente de la política. Pero resulta intolerable recibir lecciones suyas cuando trata de imponer a determinadas personas, extendiéndoles un certificado de buena conducta sin medir las consecuencias ni conocer el trasfondo de la realidad. Como ocurrió con el hoy presidente Ollanta Humala, a quien Mario Vargas Llosa colocó en la jefatura de Estado sólo para evitar un posible triunfo de Keiko Fujimori. Lo impuso pese a que hasta pocos días antes de la segunda vuelta despotricó severamente contra él. Lo hizo, entonces, aprovechando el enorme predicamento internacional que lo acompaña. Es decir, impulsado por su apasionamiento indujo a varios millones de peruanos a votar por su escogido –un militar en retiro, sin experiencia política y con un programa atrabiliario– a quien simplemente identificó como el mal menor para Perú. Un mal menor medido por su termómetro personal, no por la realidad.
Tanto es así que hoy guarda silencio tras la catarata de dislates que comete su apadrinado. Desatinos que se deben a que el presidente Humala anda perdido en el espacio tras que MVLL le impusiera una llamada “Hoja de Ruta”, cuyas metas y contenido desconoce por completo el jefe de Estado. Mientras tanto su hijo Álvaro –el sí sin fama, aunque con ilimitado ego y mayor desatino político– se ha lanzado a exigir que retorne al seno del gobierno el ala roja que acompañó al presidente Humala a lo largo de su campaña electoral y durante el fracasado primer semestre de su gestión. Porque eso es lo que ha hecho Álvaro Vargas Llosa: alarmar en forma imprudente al país –y al régimen que avalan él, su padre y el saturnino Alejandro Toledo– pronunciando una frase destemplada e insidiosa como “Este gobierno se debilita alarmantemente”, para a continuación ordenarle al mandatario que “vuelva a acercarse a los sectores de izquierda moderada” –léase al inefable Lerner, a coche bomba Lynch, al ‘senderólogo’ Tapia, “mocha Naranjo”, etc.– con quienes “no fue inteligente pelearse”, concluyó Alvarito con jactancia de gran gurú.
Coincidentemente ayer en Ayacucho el presidente Ollanta Humala pronunció una frase explosiva: “Pido a los hijos de los ayacuchanos que se sumen a ‘la gran transformación’”. ¿Vuelve el plan chavista? Los Vargas Llosa serían responsables.
FUENTE: DIARIO EXPRESO. http://www.expreso.com.pe/el-mundo-al-reves/vuelve-la-gran-transformacion