Ya he visto varios casos de varicela. Es un aviso para que los padres lo sepan.
Antes de la aparición de la vacuna se estimaba que cada año había unos 4 millones de niños que la padecían en EEUU. Es bastante y, además, siendo una enfermedad benigna es muy costosa económicamente porque impide ir a los niños al cole y los padres perder horas de trabajo para cuidarlos. Hay que buscar canguros o cuidadores. Desde que los pequeños se incorporaron a las guarderías solían tenerla entre los 12 meses y 4 años y tras la introducción de la vacunación la incidencia de varicela ha bajado un 90 por ciento.
Ninguna vacuna inmuniza totalmente y en esta ocurre lo mismo; hasta en el 15% -20% de los niños vacunados la tienen aunque suele ser más leve o modificada: aparece más tarde, es más leve (menos de 50 lesiones en comparación con las 300 lesiones o más en los niños no vacunados y recuerdan más a picaduras que a la lesión auténtica), con menos fiebre, una recuperación más rápida y con menos riesgo de complicaciones. En general, los niños con varicela no complicada pueden volver a la escuela o guardería cuando las lesiones sean todas costrosas.
El tratamiento es el mismo: dar líquidos y antitérmicos, aplicar la loción de calamina o baños de avena para reducir el picor, mantener las uñas del niño cortas o usar guantes para evitar las cicatrices.. El antivírico aciclovir solo se usa en casos graves con riesgo de complicaciones.
La Academia Americana de Pediatría recomienda 2 dosis de vacunas; la primera entre los 12-15 meses y la segunda dosis a los 4-6 años de edad. En España es una vacuna recomendada “no obligatoria” y cada comunidad autónoma va a su aire. En mi consulta, la decisión de ponerla o no, la sopeso junto con los padres.