Hola, ¿hay alguien ahí? Buenos días.
Estaba preguntándome si el volumen de trabajo que tuve la semana pasada y el fin de semana intenso (con mudanza incluída), harían que abandonara este blog durante los días que durase este dulce caos, pero he leído la entrevista que EL PAÍS le ha hecho a Roberto Saviano, y he sentido el impulso irracional de escribir.
Roberto Saviano es ese escritor italiano al que todo el mundo aclamó por su libro Gomorra y al que la mafia napolitana condenó a muerte por meterse en la boca del lobo y convertir su experiencia como infiltrado en literatura que ya ha vendido más de 10 millones de ejemplares en todo el mundo.
El sueño, quizá, de cualquier periodista de raza, si no fuera por la cruda historia que esconde detrás y por el giro radical y casi dramático que ha tenido que dar su vida. “Digámoslo todo: yo no creo que sea noble haber destruido mi propia vida y la vida de las personas a mi alrededor por buscar la verdad“. Así, la dedicatoria de su nuevo libro, CeroCeroCero, dice algo como esto: “Dedico este libro a todos los carabineros de mi escolta. A las 38.000 horas pasadas juntos. Y a las que todavía hemos de pasar. Dondequiera que sea“.
Y es que Saviano ha vuelto con una historia de casi 500 páginas por el negocio del narcotrático a uno y a otro lado del Atlántico. Que muchos piensen que esté loco, sin embargo, no le importa demasiado, ya que él se considera de todo, menos alguien excepcional:
“Me gustaría responder a la pregunta con una frase heroica del tipo: continuo escribiendo porque creo en la verdad, porque no han conseguido amedrentarme, pero me sentiría un poco ridículo porque dentro de mí no es la verdad. O mejor, porque la verdadera respuesta es: estoy obsesionado. Estoy obsesionado porque una vez que me encontré de frente con la historia de las mafias ya no pude, físicamente incluso, resistirme a seguirla.”