En el Día de las Víctimas del Holocausto, en el 73 aniversario de la liberación del campo de exterminio nazi de Auschwitz, donde se gasearon al menos un millón de judíos, parte de los seis millones que exterminaron, la canciller alemana, Angela Merkel, admitió que “ninguna institución judía puede existir ahora en Alemania sin protección policial”.
Con el nazismo fuera de la vida pública el mayor peligro ahora viene de los extremistas que surgen de los más de siete millones de inmigrantes musulmanes, tras la entrada de unos dos millones desde 2015.
El riesgo no está momentáneamente en el partido ultraderechista AfD, con el 13 por ciento de los votos en las recientes elecciones generales, que dice rechazar mensajes antisemitas.
Los asaltos a sinagogas, escuelas, establecimientos comerciales y personas judías son constantes, y aunque generalmente se informa de ellos los medios tratan de ocultar el origen islamista de la mayoría de los agresores.
Que han adquirido tal poder que en distintos barrios de grandes ciudades –alemanas, pero también de otros países, como el Reino Unido o Francia, donde existen ya “Patrullas de la Sharia” que castigan a la población islámica, y cada vez más a los no musulmanes, si incumplen esa ley religiosa.
En Alemania hay ahora unos 119.000 judíos, la mayoría procedentes de la emigración tras la II Guerra Mundial, que temen cada día más ser víctimas de esta cacería.
Ocurre igual en Bélgica o Francia, donde han sufrido asesinatos, han huido decenas de millares, y de los que quedan unos 450.000 realmente atemorizados por la misma causa: ni siquiera el Front National de los Le Pen se manifiesta tan antisemita como los islamistas.
Recordando el Holocausto, desde hoy mismo debemos enfrentarnos a este horrible antisemitismo que también va a por nosotros.
--------
SALAS
----------
LA NUEVA PUBLICACIÓN DE TABARNIA. QUIEN NO SONRÍA...