Revista Salud y Bienestar
Cuando los fisiólogos del ejercicio más importantes (años 70 del siglo pasado) del mundo, Saltin, Bergstrolm, Hermansen etc, publicaron los primeros resultados obtenidos tras someter a esquiadores de fondo a una dieta pobre en carbohidratos durante unos días y muy alta posteriormente, los médicos del deporte vimos la luz para poder mejorar el rendimiento en deportes de fondo aplicando manipulaciones no dopantes. El llamado régimen disociado escandinavo, demostró que los esquiadores de fondo mejoraban, notablemente, sus registros en las pruebas de esfuerzo que realizaban tras haber seguido una dieta desde una semana previa consistente en una baja cantidad de carbohidratos para en los tres días previos cambiar radicalmente a una dieta muy rica en estos nutrientes. En medicina del deporte, supuso un paso notable hacia la demostración, a los entrenadores, de que los fisiólogos podíamos mejorar el rendimiento de sus deportistas.
Recuerdo que en esos tiempos estudiaba en Estrasburgo y asistí a la enseñanza de este tipo de manipulaciones dietéticas, con el interés de un joven aprendiz. Saltin era, en aquél momento, la gran referencia para todos nosotros y, sus estudios, realizados con la garantía que suponía su figura de gran investigador, estaban llenos de esperanza y cambio. Posteriormente, el tiempo demostró que no había grandes variaciones en la carga de glucógeno en deportistas de élite, lo que se evidenció al observar que los grandes ganadores con este tipo de régimen disociado eran los mediocres (en realidad, los estudios nunca se hicieron con deportistas de élite, entre otras cosas porque son intocables y más para hacerles biopsias).
Sin embargo, no se puede considerar un fracaso, ya que a partir de sus estudios se comprobó la enorme importancia de almacenar glucógeno al máximo e intentar mantenerlo durante el esfuerzo. Para mí supuso una gran lección ya que aprendí que el deportista de élite es una cosa y todo lo demás… otra, y que los estudios que se realizaban y publicaban se hacían con estudiantes de educación física o con deportistas de nivel mediano, lo que me llevó a saber más fisiología del esfuerzo y a aprender lo que no está escrito en los libros.
De todo aquello, lo que quedó fue la carga de carbohidratos, previa a las carreras de fondo, dando lugar a la costumbre de la comida o cena de pasta previa a las maratones que se puso de moda en los años siguientes. Hoy, la dieta disociada ha quedado, por tanto, relegada a comer más pasta los días previos a la competición.
Sin embargo, los recientes descubrimientos de sobre el metabolismo de las grasas, quizás vuelva a poner de moda el régimen disociado con una variante, aumentar el consumo de grasas una semana antes de la competición y de carbohidratos tres días antes de la prueba. Ésta novedad proviene del conocimiento de que la dieta alta en grasas también incrementa las tasas de oxidación de grasas evitando el vaciamiento rápido del gluccógeno muscular durante el ejercicio submáximo. La “adaptación a las grasas” es un protocolo en el cual los atletas de resistencia consumen una dieta alta en grasas y baja en carbohidratos, hasta 14 días, mientras realizan su entrenamiento normal (tanto alto volumen como alta intensidad).
Los mecanismos fisiológicos que están detrás de las primeras publicaciones en este sentido, están aún por dilucidar, pero puede que tengan mucho que ver con algo que también se ha comprobado y que se utiliza, la regulación al alza de los transportadores de glucosa al músculo cuando hay un ayuno de carbohidratos. Por cierto que, curiosamente, se ha observado, nuevamente, el carácter fuertemente individual de esta adaptación, al punto de llegar a hablarse de deportistas “respondedores” a los que mejoran con esta estrategia y “no respondedores” a los que no mejoran.
Este pequeño comentario no tiene como corolario impulsar a los deportistas de fondo a hacer pruebas tomando dietas altas en grasa y demás, no hay nada peor que la “automedicación” en todas las facetas de la medicina. Lo que quiero llevar al ánimo de los lectores asiduos es que existen medios y estrategias que, en manos de expertos, pueden conseguir mejorar el rendimiento dejando de lado el terrible mundo del dopaje.
Artículo clave para comprender el comienzo del régimen disociado escandinavo
Bergstrolm J, Hermansen L, Hultman E, Saltin B. Diet, muscle glycogen and physical performance. Acta Physiol Scand 1967;71:140-150.
Artículo de interés para estudiar el alcance de las nuevas investigaciones (pongo el enlace al artículo completo para los interesados)
Ichinose T, Arai N, Nagasaka T, Asano M, Hashimoto K. Impact of intensive high-fat ingestion in the early stage of recovery from exercise training on substrate metabolism during exercise in humans. J Nutr Sci Vitaminol (Tokyo). 2012;58(5):354-9.https://www.jstage.jst.go.jp/article/jnsv/58/5/58_354/_pdf