3 de agosto de 2011,Maria TorresAquel sofocante mes de agostode 1939, apenas un mes después de acabar la Guerra Civil, a través de las emisoras de radio del Madrid se escuchaba de forma continuada una consigna: “Españoles, alerta. España sigue en pie de guerra contra todo enemigo del interior o del exterior, perpetuamente fiel a sus caídos. España, con el favor de Dios, sigue en marcha, una, grande, libre, hacia su irrenunciable destino…”, y el dictador no dejaba de advertir en sus discursos: “Juro aplastar y hundir al que se interponga en nuestro camino”.
El asesinato de las 13 Rosas fue sin duda uno de los episodios más crueles de la represión franquista y el más conmovedor de aquel tiempo de odio fratricida y fascismo. El dictador se cebó especialmente con las mujeres, e hizo todo lo posible por destruir el espíritu de libertad que la República había creado para éstas.