“Como un anillo de compromisoque se sale del dedoy se esconde entre los guijarros”Ý Nhi
No fue con el “hasta que la muerte nos separe”; ni fue con el oro, ni con la plata.
Se comprometió con los pies esperanzados andando por la casa, con el beso de los buenos días, con la eternidad de los pequeños instantes, con la buena mezcla que ambos eran.
Se comprometió con esa fidelidad que se mantiene en los momentos de cuesta hacia arriba y también con esa, que da fuerzas después de las caídas.
Una vez se comprometió,
como se comprometen los verdes
con la primavera nueva.
Con la humildad de la lluvia
que moja el árbol, tenuemente;
con la pureza de las fresias
que naufragan en los colores, sin tener orillas;
así, ella se comprometió.
La soledad y los años, se encargaron de amputarle el dedo;
entre otras cosas.