Editorial: Orciny Press
Género: Bizarro
Traducción: Hugo Camacho
Valoración: Muy recomendable
Bienvenidos al bizarro es una antología de relatos agrupados bajo el rótulo de género bizarro, traducida y prologada por Hugo Camacho, director de Orciny Press.
Según indica Camacho, el género bizarro surge a partir del año 2005, “cuando una comunidad de escritores de Portland tomó conciencia de que tenía algo especial y diferente entre manos”. Más adelante añade que el bizarro es el equivalente literario a la sección de culto del videoclub.
La introducción de Hugo Camacho resulta muy pertinente, pues permite al lector desembarazarse de ideas preconcebidas y ubicar fácilmente la posterior lectura de los relatos. El bizarro, según nos indica, tiene que ver que con lo contracultural, lo extraño, lo rocambolesco. Genera situaciones inesperadas y las resuelve de manera todavía más inesperada. Es cómico y encierra una fuerte capacidad crítica. Por otro lado, Camacho señala que, en la mayoría de los casos, lo extraño se aplica a la trama. Es decir, la forma, la estructura de los textos, o el uso del lenguaje, por lo general siguen los patrones tradicionales. No hay experimentación con el lenguaje. Sí con el contenido de lo que se narra.
Ahora bien, tales atribuciones no tendrían sentido si, una vez inmersos en la lectura de Bienvenidos al bizarro, nos encontráramos con una serie de relatos desmadejados, mal construidos, incoherentes, etcétera. Afortunadamente no es así. Atendiendo a meros criterios técnicos, nos encontramos una colección de autores excepcionales. Por absurdo, contradictorio, incluso desagradable que sea el universo con el que nos encontremos, el texto siempre es verosímil, posee tensión interna, fuerza, dinamismo. Diálogos muy bien construidos, personajes muy bien trabajados, situaciones muy bien definidas. Se trata de escritores y escritoras con un talento innegable, y sería una pena que, por desavenencias con el contenido de los relatos, el lector no fuera capaz de reconocer la valía (y la valentía) de sus autores.
Porque la temática de Bienvenidos al bizarro resulta, cuanto menos, sorprendente. Una universidad en la que los profesores ejecutan a los alumnos si no responden adecuadamente a las preguntas que les hacen en clase. Un concurso de belleza prenatal. Un vendedor de dildos a domicilio enfrentado con su Dios. Una competición de modificaciones corporales.
Sin embargo, tal enumeración, que puede operar como eslogan o llamada a la acción (y efectivamente así se articula en la sinopsis de Bienvenidos al bizarro), en absoluto le hace justicia a la profundidad, el valor literario y el atrevimiento de los relatos. Por ejemplo, La liga de los céroes, de Jeremy Robert Johnson, presenta en diez páginas un universo post-apocalíptico perfectamente definido, con un protagonista complejo y con multitud de matices, a lo que se añade una trama interesante, adictiva y original, con una serie de secuencias in crescendo que culminan en un cierre circular. Además, encierra una reflexión muy interesante sobre la actual sociedad de masas. Casi nada.
Seguramente La liga de los céroes sea uno de los textos más comprometidos de toda la antología. Hay otros aparentemente más livianos, pero igualmente imprescindibles. Lo que hace Carlton Mellick III en Orgía fantástica merecería un estudio más pormenorizado. Presenta una situación complemente bizarra (un nightclub donde la gente acude a intercambiar enfermedades de transmisión sexual que alteran la apariencia), para ir generando contextos cada vez más extraños, absurdos y sorprendentes, como esos ilusionistas que encadenan truco tras truco y cada vez te dejan más boquiabierto, sin perder en ningún momento el hilo del relato y el sentido de lo que se está contando.
Dinámica de clases (D. Harlan Wilson), Hay un millón de maneras de hacer lo correcto (Matthew Revert) y El vendedor de dildos a domicilio (Kevin L. Donihe), serían, junto con los dos señalados anteriormente, textos que por sí mismos justificarían la edición de cualquier tipo de antología. Por tanto, ya sólo por ellos merecería la pena leer Bienvenidos al bizarro. En el prólogo, Hugo Camacho menciona a Kafka. En mi opinión, cualquiera de estos relatos podría acercarse a obras como En la colonia penitenciaria o Informe para una academia.
El resto de relatos que componen la antología (Gigantas sentadas en la bahía de Berangkat, de Tamara Romero; La noche de las chonis, de Grant Wamack; Bailarina exótica, de Violet LeVoit; y Pequeña miss ultrasonido, de Robert Devereaux), si bien no vuelan tan alto como los anteriores, sí son textos que merece la pena leer y conocer. Todos ellos están construidos con acierto: son coherentes, llamativos, atrevidos, y generan distintos efectos en el lector.
Exceptuando a Señor felpa, detective, de Garret Cook. El autor intenta presentar una suerte de parodia del detective clásico de novela negra, pero falla en la construcción de los personajes y en el desarrollo de la trama, que esta vez sí, resulta inverosímil y poco creíble. No por lo audaz del planteamiento (que ciertamente es original), si no porque en su desarrollo es incapaz de combinar bien los elementos que lo componen, dando lugar a un texto flojo y carente de sentido.
Por último, Pastel de terciopelo azul, de Laura Lee Bahr. Se trata de un texto excepcional, pero que a mi modo de ver no encaja con el resto de la antología. Presenta una situación más o menos cotidiana, intimista, a través de la que aborda cuestiones relacionadas con el devenir de las pulsiones humanas, los afectos y las relaciones interpersonales. En este caso me recordó más a un cuento de Raymond Carver que al tipo de literatura bizarra que enarbola el propio Carlton Mellick III.
En conclusión, Bienvenidos al bizarro es una antología absolutamente recomendable como introducción al género bizarro y por la propia valía de los relatos seleccionados. Dar la enhorabuena a Orciny Press por la iniciativa, pues de otro modo este tipo de lecturas serían inaccesibles a los que leemos mayoritariamente en castellano.
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