Cuando todavía está mi padre con la esperanza de que algún día suelte los mandos definitivamente, voy y me encuentro con esta maravilla. Los videojuegos no entienden de edades, y Wacko Jacko es una clara demostración de ello. Un señor que disfruta de su jubilación de la mejor forma posible, con la jardineria, dando paseos en barco, y reventando francotiradores en Battlefield: Bad Company 2.
Una clara demostración de que hay más formas de diversión con videojuegos para los adultos, que hacer el tonto a lo Amparo Baró o Chiquito de la calzada delante de una Nintendo 3DS (sin ofensa para 3DS).
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