En el desierto de Egipto, pasada la orilla occidental del Nilo, se encuentra una zona conocida como Wadi Al-Hitan, que significa “el valle de las ballenas”. Uno no esperaría encontrar ballenas en el desierto, pero hace millones de años esta zona se encontraba sumergida bajo las aguas.
De ese lejano periodo nos ha quedado un precioso legado, y es que el Valle de las Ballenas contiene una de las mayores concentraciones del mundo de fósiles de los primeros cetáceos que existieron. No son los más antiguos, pero esta área resulta de especial valor por el número y la calidad de los fósiles encontrados; algunos tienen incluso restos fósiles en el interior del estómago, aportando una valiosísima información sobre su alimentación.
La mayoría de los fósiles encontrados pertenecen al suborden llamado archaeoceti (arqueocetos), un grupo de mamíferos anfibios que se cree son el eslabón entre los mamíferos terrestres y los primeros cetáceos propiamente acuáticos. Se extinguieron durante el mioceno, hace entre 23 y 5 millones de años, probablemente debido a la competencia de otros animales acuáticos mejor adaptados.
Pero en Wadi Al-Hitan encontramos no sólo fósiles de los arqueocetos, sino también de otros animales marinos prehistóricos y de plantas: un ecosistema fosilizado en conjunto, algo inusual y muy valioso. En 2005 la UNESCO declaró este lugar Patrimonio de la Humanidad.