Desde que estrenaron "Turbo Kid" en 2015, este trío de directores canadienses me ganó por completo. En el contexto actual donde todo lo ochentero está de moda y sobreexplotado, nos han mostrado un lado más oscuro del mismo que acabaron perfeccionando con "Verano del 84". En esta ocasión tampoco decepcionan, aunque no es un estilo tan ochentero, sí es un tema que está bastante en el orden del día actual. El Medio Ambiente.
Un grupo de activistas medioambientales asaltan un centro comercial (al más puro estilo IKEA) de noche como protesta política. No obstante, lo que no esperan es que allí dentro se encuentra un sanguinario guardia de seguridad, que intentará cazarlos uno a uno antes de que la noche termine.
Esta película es carne de festival, sino pudiste verla en Sitges, intenta verla acompañad@ de colegas que disfruten de este cine y lo pasaréis genial. Un slasher con toques claros de survival, homenajeando a Depredador de una manera muy sutil que hace disfrutar con sangre, trampas muy bestias y escenas impactantes que te harán gozar con, como no podía ser de otra manera, los típicos personajes que acompañan estas películas, previsibles y cañeros. La peli no defrauda, pero no pasará al recuerdo.
Mi puntuación: 6/10
David Sanmartí
@ddsanmarti
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