Revista Cine
Título original: Wake Wood
Año: 2011
Duración: 90 min.
País: Irlanda
Director: David Keating
Guión: David Keating, Brendan McCarthy
Música: Michael Convertino
Fotografía: Chris Maris
Reparto: Aidan Gillen, Eva Birthistle, Timothy Spall, Ella Connolly, Ruth McCabe, Brian Gleeson, Amelia Crowley, Dan Gordon, Tommy McArdle, John McArdle, Aoife Meagher, Siobhán O'Brien
¡Dejad a los muertos que descansen en paz, podéis pagarlo demasiado caro!
De la mítica productora británica Hammer, responsable de famosos títulos de terror desde los años 30 del siglo pasado, nos llega esta propuesta rodada entre Reino Unido e Irlanda. Lejos quedan aquellas maravillosas producciones del calibre de Frankenstein, Dracula o La Momia, todas ellas, películas no necesitadas de ninguna presentación. Wake Wood se mantiene fiel al estilo gótico de la Hammer y se asemeja en ciertos aspectos a obras de serie B como Pet Sematary o la siniestra The Children. Del mismo modo que en estas obras, la resurrección de un ser querido fallecido de manera brutal, es el tema principal del argumento.
David Keating como director y co-guionista se acerca por primera vez al género terrorífico, al cambiar totalmente de registro después de dirigir El Año en que Murió Elvis (1999). Desde el principio la trama busca atrapar al espectador, y crear una atmosfera de misterio donde poco a poco iremos descubriendo las particularidades de los personajes y el terrible secreto que esconden. Aquello que, al inicio comienza de forma pausada, en el último tramo del film, la acumulación de acontecimientos hace que todo quede algo confuso y poco explicado.
Tampoco ayudan las apáticas interpretaciones de los actores principales, Eva Birthistle y Aidan Gillen, pues podrían haber sacado mucho más partido a la situación desesperada de un matrimonio que sufre la traumática pérdida de su hija pequeña. Solo cabe destacar la excelente interpretación de un secundario de lujo como es Timothy Spall, en el papel de una especie de druida irlandés, maestro de las ceremonias de renacimiento. Su trabajo aporta calidad y experiencia a la producción.
Ambientada en la verde campiña irlandesa, los solitarios parajes y los pequeños pueblos, apenas han manifestado cambios con el paso de los siglos. Todo esto unido a los antiguos ritos arcanos que se realizaban en la zona, contribuyen a dar un marcado aire de misticismo a la película. Acerca de los efectos de maquillaje, cabe decir que están elaborados de manera bastante competente, sin llegar a mostrar imágenes grotescas y aprovechando muy bien el escaso presupuesto del que dispone la producción. Por otra parte, la banda sonora me ha parecido excesivamente sencilla y no ayuda demasiado a la hora de acompañar las pocas escenas de acción con las que cuenta el film.
Ha pasado un año desde que la pareja formada por Patrick y Louise, perdieran a su hija a causa de un desgraciado incidente, la herida aún está lejos de cerrarse. En este espacio de tiempo, el matrimonio ha cambiado su residencia habitual por otra, en un pequeño pueblo situado en una zona rural de Irlanda. Cuando un vecino llamado Arthur les ofrece la posibilidad de recuperar a su hija por un breve espacio de tiempo, mediante un antiquísimo ritual pagano, la pareja acepta la proposición sin demasiados reparos.
Prescindible cinta de pretendido terror psicológico, donde la trama argumental no aporta la intensidad necesaria para evitar el bostezo continuado del espectador. La Hammer deberá buscar proyectos más imaginativos, si quiere recuperar la gloria de antaño, ya que con este título no contribuye en nada al género. En definitiva, una película que debería evitarse a toda costa.
Firma: Sergio Bosch.