Walden o la vida en los bosques es uno de los libros más bonitos y que más me han influenciado en mi vida como lectora. Conocí a Thoreau a través de un cómic que ilustraba su vida y sus ideas y de inmediato me puse a investigar. Ahora, después de haber leído este libro, puedo decir que es uno de mis libros de cabecera. Henry David Thoreau (1817- 1862) fue un escritor, filósofo y naturalista americano, cuya obra demuestra como los ideales abstractos de libertad e individualidad pueden llegar a realizarse en nuestras vidas, por muy difícil que lo veamos en un primer momento. Thoreau estuvo dos años viviendo en una casita de madera construída por él mismo a la orilla del lago Walden Pond, donde subsistía con lo que plantaba, con los enseres mínimos mientras se dedicaba al estudio de la naturaleza, problemas filosóficos y a leer a los clásicos de la literatura.
Otro de los aspectos relevantes de este autor es su lucha contra la esclavitud, de hecho, Thoreau eligió ir a la cárcel, aunque sólo fuera por una noche, en lugar de pagar los impuestos a un gobierno que admitía la esclavitud y estaba envuelto en una guerra con México. Su postura en este aspecto quedó más clara en su ensayo, Desobediencia civil. En él, sentó las bases teóricas de la resistencia pasiva, un método de protesta que, más adelante, adoptaría el político indio Mahatma Gandhi.
El libro está dividido en varias partes donde analiza distintos aspectos de su vida, como la economía que llevaba, la soledad, las visitas, los animales vecinos, leer o la descripción de la laguna.
Hay pasajes más interesantes que otros, pero todos tienen una gran calidad literaria, y sobre todo, un significado muy profundo. Como las frases que me han gustado de este libro son muchas, iré poniéndolas poco a poco.
- El arte del genio consiste en hacer mucho con poco
- “Mi deseo de conocimiento-diría Thoreau en ocasiones- es intermitente, ¿cómo podría recordar su ignorancia-preguntaría en Walden- quien ha de usar tanto su conocimiento?”
ECONOMÍA
- Los hombres trabajan por error
- Las mejores cualidades de nuestra naturaleza, como la flor de los frutales, sólo pueden preservarse con el trato más delicado. Sin embargo, no nos gtratamos a nosotros mismos ni a los demás con esa ternura
- La opinión pública es un débil tirano comparada con nuestra propia opinión. Lo que un hombre piensa de sí mismo es lo que determina, o más bien indica, su hado.
- Lo que se llama resignación es desesperación confirmada.
- Una característica de la sabiduría es no hacer cosas desesperadas.
- Nunca es demasiado tarde para renunciar a nuestros prejuicios.
- Aquello de lo que todo el mundo hoy se hace eco o admite como cierto en silencio puede resultar falso mañana, mero humo de opinión que algunos habían tomado por una nube que salpicaría sus campos con lluvia fertilizante.
- La naturaleza y la vida humana son tan variadas como nuestras diversas constituciones. ¿Quién dirá qué perspectiva ofrece la vida a otro?
- Creo sinceramente que la mayor parte de lo que mis vecinos llaman bueno es malo y, si me arrepiento de algo, probablemente sea de mi buena conducta. ¿Qué demonio me ha poseído para comportarme tan bien?
- La naturaleza está tan bien adaptada a nuestra debilidad como a nuestra fuerza.
- Exageramos la importancia del trabajo, ¡cuántas cosas dejamos por hacer!
- Confucio dijo: “Saber que sabemos lo que sabemos y que no sabemos lo que no sabemos es el verdadero conocimiento”
- Con respecto a los lujos y comodidades, los más sabios siempre han vivido una vida más sencilla y austera que los pobres. Los antiguos filósofos chinos, hindúes, persas y griegos formaron una clase tan pobre en riquezas exteriores, y rica en interiores, como no ha habido otra.
- Son los amantes del lujo y los disipados los que imponen las modas que el rebaño sigue diligentemente.
- Prefiero sentarme en una calabaza y tenerla toda para mí antes que apretujarme en un cojín de terciopelo.
- ¿Quieres decir que los estudiantes deberían trabajar con sus manos en lugar de sus cabezas?. No quiero decir eso exactamente, pero quiero decir algo muy parecido a eso; quiero decir que no deberían jugar a la vida o sólo estudiarla, mientras la comunidad les apoya en este juego caro, sino vivirla en serio de principio a fin.
- Uno me dice: “Me sorprende que no ahorres dinero; te encanta viajar; deberías coger el coche e ir hoy a Fitchburg y ver el país.” Pero yo soy más sabio. He aprendido que el viajero más rápido es el que va a pie.
- En cuanto a las pirámides, no hay nada por lo que asombrarse tanto como del hecho de que pudiera haber tantos hombres degradados para gastar sus vidas en construir la tumba de un bobo ambicioso.
- El hombre es un animal que, más que ningún otro, puede adaptarse a todos los climas y circunstancias.
- Hay cierta clase de incrédulos que a veces me preguntan cosas como si creo que puedo vivir sólo de comida vegetal y, por llegar de una vez a la raíz del asunto, estoy acostumbrado a responder que podría vivir de clavos de tablón. Si no pueden comprender esto, no podrán comprender demasiado lo que tengo que decir.
- Mientras mis conocidos se dedicaban sin vacilar al comercio u otras profesiones, consideraba esta ocupación similar a la suya; recorrer las colinas en verano para recoger las bayas que me salieran al paso y después disponer de ellas sin cuidado; cuidar, por tanto, los rebaños de Admeto. También soñaba que podría reunir las hierbas silvestres o llevar siemprevivas a los aldeanos que quisieran recordar los bosques, incluso hasta la ciudad, a carretadas. Pero he aprendido desde entonces que el comercio maldice todo lo que toca y que, aun cuando comercies con mensajes del cielo, la maldición del comercio afecta al negocio.
- Deseo que haya tantas personas diferentes en el mundo como sea posible; pero quisiera que cada uno fuera muy cuidadoso en descubrir y seguir su propio camino, y no el de su padre o el de su madre o el vecino.
- Si un hombre tiene fe, cooperará con igual fe en todas partes; si no tiene fe, seguirá viviendo como el resto del mundo con quienquiera que se junte. Cooperar, tanto en el sentido supremo como en el ínfimo, significa ganarnos la vida juntos.
- No hay peor olor que el que brota de la bondad corrompida. Es la humana, la divina carroña.