Existen infinidad de películas sobre grandes personajes de la historia, ya sean matemáticos, deportistas, presidentes, científicos, etc. Así pues, podemos recordar Una mente maravillosa (Howard, 2001) que cuenta la vida del matemático John Nash, Lincoln (Spielberg, 2013) que trata sobre la historia de este presidente de Estados Unidos, La red Social (Fincher, 2010) sobre la evolución de Marz Zuckerberg hasta la creación de Facebook, Invictus (Eastwood, 2009) sobre el referente sudafricano Nelsón Mandela o la reciente The Theory of Everything (Marsh, 2014) sobre la vida de Stephen Hawking.
A sus 87 años Wajda nos presenta la vida de Lech Walesa en un film con amplios tramos de documental, que posee un carácter complejo pero a la vez interesante. Trata de mostrar a una de las figuras más importantes de la historia polaca que luchó para conseguir la libertad de su país frente al comunismo, defendiendo a su manera todos los derechos posibles. Poco a poco se fue convirtiendo en un líder sindical para todo su país y, además, conservando una personalidad carismática en los momentos más difíciles. Fundó el movimiento obrero “Solidaridad”, que fue clave para el impulso de otros movimientos en la zona europea, y recibió el Premio Nobel de la Paz en 1983.
Presentada en los Festivales de Cine de Venecia y Toronto, la obra de Wajda fue seleccionada para representar a Polonia en los Oscar de este año, aunque finalmente no ha entrado entre las escogidas por la academia (sí lo ha hecho Idade Pawlikowski). El film en sí muestra toda la evolución de Lech desde sus comienzos en el astillero de Gdansk, que es el momento en el que decide comenzar esa lucha y reivindicación, por mejorar sus derechos y de la misma forma mejorar la calidad de vida de la clase obrera de Polonia. En este momento se da cuenta de que los trabajadores se encuentran en una situación de explotación máxima, que son las personas que sacan la economía de su país a delante y, sin embargo, viven en unas condiciones pésimas.Una de las virtudes de Wajda es mostrar al personaje principal desde una perspectiva especial, cercana al espectador, creando ese carácter único en el personaje. Lech se revela como una figura prepotente, con mal humor, irónico e incluso alguna vez gracioso pero con una capacidad grandiosa en cuanto al discurso y a la retórica se refiere. Este es el aspecto principal que lo convierte en el representante de muchos movimientos obreros, comenzando por ayudar a los trabajadores del astillero. La figura de Lech crece en función de su personalidad y en la confianza que va obteniendo de la clase obrera, llegando a participar en grandes acontecimientos. Sin embargo, un aspecto que se trata de reflejar en frecuentes ocasiones son los métodos utilizados. Se puede llegar a pensar que sus métodos se basaban en la violencia pero, por el contrario, su táctica era el discurso y el poder de convencer con y sin la palabra.
Otra cosa que destacaría es la visión realista que muestra Wajda de la sociedad en ese momento. La pobreza, el frío, las malas condiciones de trabajo o la diferencia entre las vidas de los altos cargos y la de los trabajadores son los ejemplos que el director refleja con un realismo brutal. Sin embargo la película en ciertos tramos llega a ser pesada con grabaciones de documentales de la época, probablemente incluidos por la duda del no conocimiento sobre Lech Walesa fuera de las fronteras polacas. Aunque está bien enlazada y se aprecian todos los momentos más importantes de su vida, el film se aprecia en general de una forma lineal, sin llegar a apasionar. Quizás el error reside en tratar de enseñar todo de una forma excesivamente regular y sencilla, sin pequeños cambios de ritmo que aceleren la trama y, por tanto, sin un mero poder de atracción. Este aspecto es muy importante, convirtiéndose en un punto de inflexión en el que pasa de ser una película notable a una relativamente mediocre. De esta forma la historia de Nash o Zuckerberg resultan más interesantes y atractivas que la de Lech Walesa, no siendo su importancia mayor.6,5/10