El alma, dijo, está
compuesta
del mundo externo.
Hay hombres del Este,
dijo,
que son el Este.
Hay hombres de una
provincia
que son esa provincia.
Hay hombres de un valle
que son ese valle.
Hay hombres cuyas
palabras
son sonidos tan
naturales
de su lugar
como el cacareo de los
tucanes
en el lugar de los
tucanes.
La mandolina es el
instrumento
de un lugar.
¿Hay mandolinas de las
montañas occidentales?
¿Hay mandolinas de la
luna norteña?
El vestido de una mujer
de Lhasa,
en su lugar,
es un elemento invisible
de ese lugar
hecho visible.
Traducción de Fruela Fernández