Steven Spielberg vuelve a relatarnos otra nueva historia bélica. Pero para esta ocasión se trasladara a la 1ª guerra mundial. Protagonizada por Jeremy Irvine, Emily Watson y Peter Mullan con un caballo como principal protagonista de la historia.
Joey es un potro de carreras que lo adquiere un granjero para cultivar las tierras. Su hijo Albert se compromete a enseñar al caballo para que no sea sacrificado o cedido al casero de la finca. Al final la familia se queda totalmente arruinada y tienen que vender al caballo al ejercito ingles que parte hacia la primera guerra mundial. Joey demostrara que no es un caballo normal y que el posee un espíritu muy anormal dentro de los potros de su clase. Llegando a alternar en los dos bandos, tanto ingleses como alemanes.
Es algo inaudito, pero no se si al final al bueno de Steven Spielberg le va pasando factura el dirigir y producir tantos largometrajes. La historia del caballo Joey es una historia que es totalmente tierna y llena de coraje pero que no te hará enternecer en ningún momento de la historia, no te llegara al corazón. Es como si alguien lanzase un jarrón al aire y todos los que están alrededor intentasen hacer algo para que no se rompiese. Pues la película va más de unas personas que ven en el caballo a un símbolo y no un caballo que se hace por si un símbolo. Hemos tenido cerdos que querían ser perro pastor de granja, o mismamente hasta cebras, en la guerras a soldados que han sido buscados por medio cuerpo de marines, y no me extraña que se pongan a buscar nuevos animales para que podamos ver a una guerra tal y como es. Lo siento pero no me puedo callar ante tales propósitos. En la guerra o en las guerras no hay héroes, solo gente que lucha por ideales y el mitificarlas así no me gustan nada.
Nota.-4'5/10.