La crisis incrementa el ingenio. Y la geta de much@s también para que negarlo. De los creadores de "quiero y no puedo pero mi imagen lo merece" llega el wardrobing , o en cristiano, comprar ropa todas las semanas y devolverla dentro del plazo establecido recuperando el dinero y haciendo lo mismo en otra tienda. Y así en bucle sucesivo por los siglos de los siglos ...
Hace años el wardrobing estrella era el utilizado para bodas, bautizos y comuniones. Compraban el modelé, lo lucían para el evento en cuestión, lo llevaban a la tintorería de confianza y a devolverlo como nuevo y aquí no ha pasado nada. Tiene su riesgo, te cae la copa del bolinga de turno en el vestidazo y te fastidia el invento quedándote sin pasta y con un vestido con manchurrón. Pero con un poco de cuidado culminas el proceso con éxito. ¿Qué pasó? Pues que llegó un momento que el canteo era monumental y en muchos comercios ya te encontrabas con que "la ropa de fiesta no se descambia". Lógico y normal.
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Que conste que nunca lo he hecho, sé de personas que si, pero yo no sirvo para estas cosas. Creo que hasta se me notaría en la cara a la hora de devolverlo y me moriría de la vergüenza. Cuestión de principios. Si devuelvo algo es porque al probármelo en casa con tranquilidad, no me convence tanto como en la tienda y yo soy persona de impactos, o me gusta como me queda o se vuelve a la tienda. Pero eso de llevar la etiqueta en la ropa las veces que me lo ponga con tal de ahorrarme unos euros no me convence nada de nada.
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Con el boom de los blogs de moda en donde chicas y chicos nos muestran sus outfits diarios, el wardbrobing ha pasado de ser algo puntual a convertirse en un problema de mayor dimensión. Se compran las prendas para el correspondiente post y a los pocos días lo devuelven y se hacen con otras para los siguientes. Así siempre muestran las últimas tendencias del momento sin que su bolsillo se resienta por ello. Para ser justos no sólo los egobloggers hacen de esto una costumbre. Personas como tú o como yo también lo practican y más desde que la crisis llegó a nuestras vidas y tenemos que cuidarnos el bolsillo.
Todo esto ha llevado a que las marcas de moda intensifiquen los controles y empiecen a plantearse alguna manera de poder controlar esta tendencia. Como leí en este artículo de Smoda hace un par de semanas, almacenes como Bloomingdale´s ha colocado unas pegatinas negras en las prendas de valor superior a 150 $. Si se quieren devolver dichas prendas, tendrán que llevar la pegatina negra. Si no la llevan, no se devuelve
¿Conocíais esta nueva tendencia? ¿Habéis practicado alguna vez el me lo pongo y lo devuelvo? ¿Cómo sois capaces de aguantar con la etiqueta puesta todo el día en la ropa? ¿No es incómoda? ¿Todo vale? ¿Antes muertos que sencillos? Que de preguntas, ¿eh?
Hace años el wardrobing estrella era el utilizado para bodas, bautizos y comuniones. Compraban el modelé, lo lucían para el evento en cuestión, lo llevaban a la tintorería de confianza y a devolverlo como nuevo y aquí no ha pasado nada. Tiene su riesgo, te cae la copa del bolinga de turno en el vestidazo y te fastidia el invento quedándote sin pasta y con un vestido con manchurrón. Pero con un poco de cuidado culminas el proceso con éxito. ¿Qué pasó? Pues que llegó un momento que el canteo era monumental y en muchos comercios ya te encontrabas con que "la ropa de fiesta no se descambia". Lógico y normal.
Todo esto ha llevado a que las marcas de moda intensifiquen los controles y empiecen a plantearse alguna manera de poder controlar esta tendencia. Como leí en este artículo de Smoda hace un par de semanas, almacenes como Bloomingdale´s ha colocado unas pegatinas negras en las prendas de valor superior a 150 $. Si se quieren devolver dichas prendas, tendrán que llevar la pegatina negra. Si no la llevan, no se devuelve
¿Conocíais esta nueva tendencia? ¿Habéis practicado alguna vez el me lo pongo y lo devuelvo? ¿Cómo sois capaces de aguantar con la etiqueta puesta todo el día en la ropa? ¿No es incómoda? ¿Todo vale? ¿Antes muertos que sencillos? Que de preguntas, ¿eh?